jueves, 12 de marzo de 2015

Carrizal visto por Rómulo Gallegos


CARRIZAL VISTO POR RÓMULO GALLEGOS


“...Entre lomas herbosas y  laderas pobladas de cafetales, en torno a una iglesia pequeñita levantada sobre un altozano, de humildes muros de bahareque enlucido, espadaña a un costado y atrio de ladrillos musgosos, está acurrucado el pueblecito: unos cuantos ranchos, unas tantas casas, una sola calle que pronto vuelve a convertirse en camino y se va serpenteando por lomas y laderas, entre setos y pomarrosos.
            Por detrás de la iglesia y a lo largo del pueblo, la alta y sombría cortina de guamos y bucares cobijan los cafetales; frente a ella la cuesta suave y tapizada de grama del altozano, asendereada por el paso de las recuas que por allí bajan de las haciendas y de los montes vecinos, las negras techumbres de paja de los ranchos y los tejados patinosos de las casas; y a un costado de la dilatada perspectiva de un hoyo de montaña  viene bordeando el camino que conduce al pueblo de verdes lomas, laderas tendidas y hondonadas silenciosas, lomas azules y serranías lejanas.
            Aledaña al templo, la casa parroquial y más allá la Jefatura Civil...”
           Ésta hermosa descripción del pueblo de Carrizal, está inserta en el primer capítulo de la obra “La Trepadora”, 1ª y 2ª estrofa de “Hombre de Presa”.
            Igualmente en carta fechada en diciembre de 1925, dirigida al poeta y amigo Fernando Paz Castillo, Don Rómulo Gallegos escribió: “...Aquí tienes “La Trepadora”.  Nació en mí el deseo de escribirla cuando te oí esbozar la idea central, brote feliz de tu armonioso talento poético, que en esta novela he desarrollado.  Recuerdo que fue una mañana, sentados ambos al borde del camino de Carrizal, contemplando el panorama del “hoyo del infierno”.  Por allí había cafetales.  Con éste paisaje he compuesto los de “Cantarrana”; con el asunto de tu “Trepadora”, las líneas generales de la mía…”


Versión: José G. Salas



Caciques de Venezuela VIII

 CACIQUES DE VENEZUELA VIII

TIUNA


El mayor logro de Guaicaipuro en su lucha contra los españoles, fue el de unir a los caciques más importantes en torno a una alianza estratégica que contemplaba la expulsión del valle de Caracas, de todos los extranjeros. Tiuna fue uno de los caciques que respaldó el proyecto con mayor entusiasmo y durante los  años que duró la alianza, enfrentó al invasor en diferentes oportunidades, con resultados variados.
 Tiuna creció bajo la tutela del cacique Catia, quien le enseñó los secretos de la guerra y del gobierno.   Nació en la tribu de los Caraca y su carácter era amable , su madre decidió llamarlo Tiuna, que significa “Luz del amanecer y del agua cristalina”.  Ambas ideas transmitían un significado de luz, de transparencia, de guía de pueblos, características todas estas que por azares  del destino, fueron parte de la personalidad de este gran guerrero caribe.
Su poder lo ejercía en el valle de Los Guayabos, territorio que hoy día es conocido con el nombre de Catia La Mar.  Su dominio se extendió hasta las Filas de Mariches y los Valles del Tuy, incluyendo parte del Valle de Caracas.  Su preparación, al igual que la de Yoraco, incluyó las artes que le daban el conocimiento  que tenían los Piaches.  Como Chacao, era  hombre de inmenso tamaño y gran fuerza física.   Tamanaco, fue  gran estratega y organizador.  Como administrador fue  tan bueno como Caurimare.  Su fama fue tal que llegó a decirse que era más valiente que Yoraco. En fin, era uno de los líderes más completos con que contaban los aborígenes.
Sin embargo, los abusos de los hombres de Fajardo minaron la paciencia del cacique quien, en unión con Paisana, dirigió una rebelión de 1558 contra los españoles. 
En varias oportunidades se unió con otros jefes para defenderse de la invasión hispánica.  Promovió la “Alianza de Uvero” con Terepaima, Catia y Paramacay.  Atacó a Rodríguez Suárez en el sitio de Las Lagunetas.y lo vencieron aunque  momentáneamente.

Viendo la inutilidad de sus esfuerzos, decidió pactar con Losada una paz negociada.  Vivió muchos años y se le permitió dirigir a su pueblo.