miércoles, 29 de julio de 2015

Mi vivencia del Terremoto de 1967.

48 AÑOS DEL TERREMOTO DE 1967


Ese sábado, como todos los sábados desde que tenía uso de razón, mi familia y yo, regresamos  aproximadamente como a las 7:30 de la noche desde la Iglesia Adventista del 7mo. día ubicada en la 2ª Avenida de Propatria, de la populosa parroquia de Catia en Caracas, hasta nuestra residencia ubicada en las Lomas de Urdaneta.  Nos detuvimos en la bodega de “Gregorito”, donde mi padre compró el acostumbrado ¼ de kilo de queso amarillo para la cena y luego en la panadería de “Adriano” para comprar dos (2) bolívares del pan de “a locha” que complementaría aquel exquisito manjar que constituía para mis hermanos y para mí, a diferencia de las "comidas completas", aquellas fabulosas "balas frías" de algunos sábados por la noche, luego de haber pasado el día en los oficios religiosos, motivos de nuestras creencias.
Mi madre, preparó el acostumbrado y delicioso chocolate “La India” con el que acompañaríamos los “panes rellenos”, nos sentamos a la mesa y luego de la oración, disfrutamos la cena, no sin antes como casi siempre, derramarse sobre el mantel, el líquido de alguna taza.

Acto seguido, mi hermano Luís, fue a darse un baño en la piscina de la casa (un pipote con agua que teníamos en el baño para casos de emergencia) y yo me quedé jugando y platicando con mi hermano mayor Abel y mis hermanos menores, Néstor y Joel. Mi madre Trina Margarita, salió a conversar con las vecinas de nuestro apartamento en el pasillo, con mi hermanita recién nacida Zuleynne en sus brazos.
Recuerdo que en esos días, mi abuelita Juana Lucina (madre de mi papá), estaba de visita en la casa disfrutando de sus nietos, y en ese momento, cerca de las 8:00 de la noche, estaba conversando con mi padre Francisco Daniel; además de recoger los utensilios y el desastre que habíamos dejado en la mesa.
De pronto, se escuchó un ruido muy fuerte, áspero, rudo y extremadamente desagradable; para mí, era como el rugir o sonido gutural miles de animales gigantescos que en desbandada, corrían hacia nosotros.  Quedamos estupefactos, muertos de miedo al no saber de dónde provenía tan espantoso sonido.
De pronto, comenzó a moverse el edificio con tanta violencia, que las paredes literalmente, casi chocaban unas contra otras, los vidrios de la ventanas cedían ante tan impetuoso movimiento, se quebraban haciendo que el ruido fuese más aterrador.  Los muebles, los enseres, todo el mobiliario de la casa, danzaba conjuntamente con nuestros cuerpos al son del estruendo que causaba la estampida de aquellos monstruosos animales, que en mi mente, nos “atacaban”.
Mi mamá, entró al apartamento con mi “hermanita” apoyada en su cintura y gritó a mí padre: “Daniel……Es la segunda venida de Cristo….vamos muchachos, corran…..vamos a bajar….. Corramos, que Cristo viene……..!!!!!! (Vivíamos en un 9º piso).
Mi abuelita, con toda la paciencia que la caracterizaba, recuerdo claramente que entró a la cocina y apagó la hornilla en la que le preparaban el “tetero” a mi hermanita recién nacida, luego me enteré que apagó las luces, trancó la puerta y esperó que bajara toda la gente, con su imperturbabilidad, pues “a ella no la iba a tumbar esa cantidad de gente que bajaba corriendo”.  
Yo salí del apartamento acompañado de mi hermano mayor, mientras que de los apartamentos de todo el “bloque”, salía gente horrorizada, enloquecida ante aquel inédito y espeluznante suceso.  El proceso de bajar desde el piso 9 hasta la Planta Baja, fue para mí eterno en virtud de que por las escaleras, rodaba mucha gente, ya que todos queríamos evacuar el edificio lo más rápido posible para ponernos a salvo.  No sé cuántas señoras mayores, niños y gente vi arrollada por la gran cantidad de personas que les tropezaba, pasaba por encima o bien, caía sobre ellos tratando de huir.
El terror era tal, que recuerdo que mi hermano Abel me dijo: “…Hermano, vamos a saltar (ya íbamos por el piso 7) para llegar más rápido abajo…”, a lo que yo, que tenía en ese entonces 10 años le contesté: “…si nos lanzamos, nos matamos más rápido”. 
Al llegar a la Planta Baja, el terror fue más impactante aún, por la cantidad de personas con crisis de nervios, desmayadas y heridas que se encontraban fuera del edificio.  De pronto escuché que mi hermano Luís, quien estaba bañándose al momento de comenzar el estruendo y movimiento, me llamó y me dijo que le diera mi camisa, porque él, había salido desnudo del baño y había bajado todo el edificio y hasta la vereda 41 del Cuartel Urdaneta, tal y como Dios lo trajo al mundo.  Por supuesto, me la quité y él se le colocó de la “cintura para abajo”.
Yo no sabía, qué era lo que estaba ocurriendo, hasta que escuché a la gente hablar de que era un “terremoto” lo que había sucedido. Recordé que en clases de historia, nos habían “dado” ya como materia vista, el terremoto de 1812 en Caracas, y es allí cuando yo asocié el hecho en sí, con sismo, temblor, terremoto, un fenómeno de la naturaleza y no con una jauría de animales mitológicos en busca de nosotros.
La gente oraba, se persignaba, lloraba, prometía a Dios alejarse de sus “malos caminos”, especulaba sobre el porqué nos había sucedido semejante “cosa”.
En los días subsiguientes al terremoto, nos enteramos por la prensa, la magnitud de lo que ese día habíamos vivido y el saldo tan desconsoladoramente triste.
Ese terremoto fue estimado en 6,5 en la escala de Ritcher. Su epicentro se ubicó entre Arrecife y Naiguatá, en el Litoral Central de Venezuela. Su terrorífica ola de expansión abarcó violentamente a las zonas de Altamira, Los Palos Grandes, y el propio Litoral Central. Muchos presenciaron con horror cómo se desplomaban construcciones que hasta ese momento se consideraban sólidas, como lo fueron los edificios Neverí y Palace Corvin en Altamira, San José y Mijagual en Los Palos Grandes. Lo impresionante fue ver según contaron los testigos, cómo se derrumbaban. Parecían castillos de arenas que el viento arrasaba, decían. Quedaron también afectados por la intensidad del sismo los edificios El Roxul, Royal Coral y Blue Palace, en esa misma zona.
foto tomada de terremoto de venezuela1967.blogspot
Era también impactante ver en la prensa, cómo La Mansión Charaima, en el Litoral Central, perdió los cinco últimos pisos. También el Macuto Sheraton sufrió fuertes daños en sus estructuras.
El saldo del terremoto del 29 de julio de 1967 fue de más de 500 muertos, decenas de heridos y más de 48.000 personas sin vivienda. Todo en tan solo 32 segundos. 
Al fuerte sismo le continuaron 30 réplicas más de menor intensidad, pero que cada una de ella nos llenaba de pánico ya que teníamos el temor del primer sismo que fue considerado un terremoto por la gravedad de su escala. Para hacer más sombrío el hecho, apareció una pertinaz lluvia que duró por muchas horas.
Particularmente, es el evento más impresionante que he vivido y que recuerdo con horror, aun cuando han pasado 48 años desde entonces.


miércoles, 22 de julio de 2015

Iglesia San Charbel. Aníbal Laydera V.

IGLESIA SAN CHARBEL






Las palabras buena y encendida de fe del Obispo de la Diócesis de Los Teques Monseñor Dr. Mario Moronta Rodríguez, en misa concelebrada abrió a la concurrencia las puertas de la iglesia de San Charbel (Santo Libanés) en el sector Montaña Alta de Carrizal, es una ceremonia inaugural verdaderamente impresionante, debido a la muy nutrida feligresía que llenó las naves (una amplia sala) en su mayoría procedente de las urbanizaciones que conforman el lugar.
El acto litúrgico se realizó el martes veintitrés (23) de abril de mil novecientos noventa y seis (1996) de cinco y cincuenta de la tarde a las nueve de la noche. Los fieles vieron y oyeron a sus dignatarios esenciales doctores Pio Bello Ricardo, Eduardo Boza Masvidal, a los Obispos Mario Moronta Rodríguez y al Moronita Wadih Pedro Talla, a los párrocos de los Altos Mirandinos Miguel Hernández, Alfonso Gutiérrez, Armando Rodríguez, Leonel Vera, Armando Requena y al gobernador Enrique Mendoza, al ex –gobernante Dr. Arnaldo Arocha Vargas, al alcalde de los Salías, a nuestro alcalde profesor F. R. Palacios Colina, a la mayoría de nuestros concejales, altos y empleados medios de la municipalidad, y a más de mil creyentes que desde la Cancha deportiva local en un desfile digno de encomio plenaron el moderno templo. Hubo también intervención de la Coral Niños Cantores de Carrizal y en el abrazo de paz, una fraternidad pocas veces observada en dicha comunidad.
La hermosa y amplia iglesia fue un obsequio a Carrizal de los hermanos Torbay (Mauricio y Eduardo) como un presente por el milagro concedido a la hija de Mauricio por San Charbel, quien la devolvió el don de la voz que tanto la esposa como el propio Mauricio le habían solicitado y que les fue concedido. El apetecido milagro obligó a los Torbay a cumplir su promesa, y Montaña Alta resulto depositaria de una prenda cristiana preciosa con suficiente capacidad y comodidades.    




POR: ANIBAL LAYDERA VILLALOBOS

Reseña Histórica del Preescolar de Montañalta

RESEÑA HISTÓRICA DEL CENTRO

 PREESCOLAR “MONTANALTA”


ELABORADO POR: MARIBEL VASQUEZ R.

El Centro Preescolar “Montañalta” ubicado en Colinas de Carrizal, Avenida El Lago. Sector Montañalta, surge como una necesidad de la Comunidad a la cual está adherida; por convenio la constructora de la Urbanización (Bel – Valle  C.A) asume el diseño y la construcción del mismo, finalizada la obra es entregado al Ministerio de Educación para que designara el cuerpo del Personal que se haría cargo de la Institución, creando políticas de mantenimiento y funcionamiento.

   El Ministerio de Educación en miras de dar curso a los planes y proyectos previstos para la fecha le asigna la denominación de Centro Preescolar por la capacidad de espacio físico con que cuenta para crearse las 12 secciones que exigía el programa para tal denominación conservándose el nombre ubicación del Plantel. Del mismo modo, ésta Institución es nombrada por la Zona Educativa del Estado Miranda como Piloto del Sector Nº 01; dándole morada al Equipo Técnico Zonal, actualmente Equipo de Capacitación Permanente del Estado en cuestión, destacándose que en los actuales momentos está sigue siendo su sede. 
   Fue el 23 de Enero de 1982 bajo el jubileo de tal magna celebración, que éste Centro Educativo habré sus puertas por primera vez con 04 docentes y 01 director. Con una matrícula total aproximada de 100 niños repartidos equitativamente entre el número de maestras en existencia.
   Luego para el periodo escolar 1982-1983; se incorporan 03 docentes más dos para el turno de la mañana y uno para el turno de la tarde incrementándose la matrícula considerablemente.
   En vista de que la demanda y la población estudiantil crecía de manera significativa los docentes del Plantel se le imposibilitaba atender las diferencias individuales de los niños y niñas implementándose el programa de voluntariado. Al correr de los años se incorporan 2 auxiliares una para cada turno. Prosiguiendo con el trabajo con los voluntarios, tal era la utilización del recurso que se llevaba y reposa en los archivos muertos de la Institución una ficha para control de voluntarios.
   Progresivamente la llegada de nuevas asistentes y el establecimiento de una matricula de 30 niños para los grupos de 5 y 6 años y 25 niños para los de 3 y 4 años, hicieron que el trabajo con los voluntarios decayera considerablemente hasta el punto que para muchos educadores constituía un estorbo el hecho de tener que lidiar con estas personas, argumentando que no estaban preparadas para  asumir el apoyo pedagógico esperado por ellos. Ahora bien, por el correr de los años y con la puesta en marcha de la Resolución expedida por el Ministerio de Educación acerca de la congelación de los cargos de Asistentes de Preescolar el número existente en vez de aumentarse, decrece y nuevamente el Centro atraviesa por una situación tan parecida como en sus inicios; por lo cual los docentes en solución de sus problemas asume nuevamente la ayuda y colaboración de los voluntarios, no con la misma apertura y sensibilización sino como una vía de escape para poder atender las individualidades presentes en las áreas.
   Finalmente, un grupo que cree y les asigna el mérito a estas personas comienza una búsqueda de alternativas y posibilidades para incorporar la forma efectiva a éste personal. Sin embargo, el proyecto decae por la inconsistencia del mismo, por no atacar la raíz del problema que se enmarca dentro de la debida capacitación sistemática y estructurada del Voluntariado, brindándole herramientas básicas para desenvolverse asertivamente dentro de las actividades pedagógicas presentes en las aulas de clase.
Hoy por hoy el Centro Preescolar “Montañalta” ha conservado su prestigio, cuenta con 11 secciones y una matrícula general que se ha mantenido en los últimos años entre 315 a 325 niños.

  

lunes, 20 de julio de 2015

Hacienda Villa Josefina. Escuela Granja de Carrizal

HACIENDA VILLA JOSEFINA
(ESCUELA GRANJA DE CARRIZAL)




El área ocupada por esta hacienda corresponde  hoy a la Escuela Granja de Carrizal. Caída la dictadura esta hacienda fue invadida por un grupo de personas del lugar y han ocupado y preparado el área de las vaqueras, cochineras y polleras para viviendas.
Según cuentan los vecinos del lugar, esta hacienda era propiedad del coronel Pulido Barreto, personaje muy cercano al General Marcos Pérez Jiménez. Cuando cae el gobierno dictatorial, Pulido Barreto tiene que huir del país y es así como esta propiedad queda abandonada. Antes de la invasión  esta quinta funcionaba como un club de campo (country club), con servicio de piscina. Tenía todas las comodidades para ese fin. Por muchos años las instalaciones de la quinta fueron utilizadas por el gobierno estadal para el funcionamiento de una escuela granja, tal como es conocida en los Altos Mirandinos. Se organizó la escuela para niños de 12 años en adelante para prepararlos en las labores agrícolas y pecuarias. Eran jóvenes  de escasos recursos y muchos de ellos procedían de Barlovento y El Tuy. El primer director fue el profesor Gustavo Naim.  Se dictaban clases para Cuarto, quinto y sexto grado, en calidad de internos y  tenían derecho a salir cada quince días.
En sus prácticas, los estudiantes sembraban, criaban y hacían manualidades. Con el correr del tiempo se fueron  eliminando los grados. De educación del estado en 1965 pasó a ser centro nacional y el Ministerio de Educación creó un Diversificado. El primer director de este centro fue el profesor Carlos Alberto Di Giácomo, allá por los años 1962.
Antes de pasar a ser Unidad Educativa Diversificada se producían pollos, gallinas, chivos,  huevos y leche, los cuales eran vendidos en Caracas. Recuerdan los vecinos que la leche, almacenada en cántaros, era comprada por la Silsa, en Pro-Patria.
Toda esta actividad fue decayendo hasta que en el 2001 fue transformada en Escuela Técnica Agropecuaria Carrizal, de donde salen egresados técnicos medios para labores propias de esa misión:  agricultura y cría. Hasta el momento de escribir esta crónica han egresado dos promociones. Por su parte las personas que habitan en las instalaciones de la escuela aspiran que alguna institución les solucione su problema de vivienda. Mientras tanto fundaron la Sociedad Civil
Villa Josefina con la finalidad de realizar diligencias tendientes a resolver su problema de viviendas y servicios públicos. Queda por resolver lo de la propiedad de la Quinta. Luego de varias décadas los familiares y herederos de la propiedad reclamaron la misma. El Ministerio de Educación tuvo que reconocer la legalidad del reclamo. En la actualidad están tramitando comprar  toda el área para tener el derecho de propiedad.


jueves, 16 de julio de 2015

Comunidad "Francisco de Miranda".

  RESEÑA HISTÓRICA DE LA COMUNIDAD

“FRANCISCO DE MIRANDA”


De acuerdo a nuestras investigaciones y entrevistas realizadas aunadas a los testimonios de los ciudadanos Carlos Martínez, Xiomara González, Enrique Monroy, Merling Adames y Tibisay Martínez, habitantes del sector, para precisar el origen de ésta comunidad, podemos determinar que el mismo data del año 1959 con la llegada de Leonidas y Pedro Montaña, quienes compraron una extensión de terreno a la familia  Ferrer, establecidos en el Km. 18, muy cerca de un túnel vegetal  por el cual bajaba uno de los manantiales provenientes de Barrialito.
Entrada ya la década de los ´60, aproximadamente por el año ´66 en virtud de que había muchos derrumbes en el área, el gobierno nacional decidió hacer una ampliación en la carretera panamericana.  Un grupo de familias entre las que podemos mencionar: los Escalona, los Ríos, los Bocaranda, los Peralta, Leury Acevedo, Rafael Adames, Félix Lugo, Petra González, Petra Acevedo, Carmen Pulido, “Felipote”,  María Toro, Teodora Rodríguez, los Guarín, los Acevedo, una familia española a quienes llaman “los paisas”, invadió los terrenos de la parte alta y los Monroy, Manuel Machillanda, Isidro Infante, el Sr. Godoy y el Sr. Fernando,  los Calzadilla,  entre otros,  la parte baja y fabricaron en dichos terrenos improvisadas moradas de latón y cartón piedra.  Funcionarios de la policía  se las tumbaban y  ellos  las reparaban inmediatamente; la situación  duró algún tiempo; muchos hombres fueron detenidos y citados a los tribunales del Estado hasta que al fin los dejaron tranquilos.
La fauna era muy variada.  Había perezas, puerco -espines, tigritos, ardillas, monos, zorros, cunaguaros, cachicamos, lapas, loros, pericos, azulejos, turpiales, reinitas, arrendajos, paraulatas y guacharacas.
El clima típico de esta zona es frío, con temperaturas mínimas promedio entre los 13º C y 25º C de temperaturas máximas promedio.
Así empezó el crecimiento de la comunidad; los jóvenes del recién invadido sector practicaban  juegos tradicionales, el más popular era el de bolas criollas;  a las 6:00 de la tarde todos procuraban estar en sus casas porque, supuestamente, a esa hora llegaba “el fantasma de la siembra”.
El agua que utilizaban para la ingesta la tomaban de los manantiales cercanos, en los cuales también lavaban la ropa; la luz la obtenían con lámparas de kerosén, gasolina o “coleman”, y luego con el robo de energía de la carretera panamericana. 
Estos servicios llegaron aproximadamente en el año ´71, por las diligencias hechas ante el Concejo Municipal de Guaicaipuro, por la señora Carlina Lugo y peticiones vecinales ante el I.N.O.S. y la Electricidad de Caracas, a través de la ayuda de los dirigentes del MAS: Mario Dum, Carlos Mesones, Luis Hidalgo y Gustavo González.
Para el año de 1973, volvimos a sufrir las mismas penurias de los años anteriores, puesto que éramos acosados a diario con el cuento de que éramos invasores del terreno. Libramos varias batallas con ellos puesto que, los acosos eran con la finalidad de adueñarse de los terrenos para la construcción de un Centro Comercial siendo los primeros interesados los señores: Jacinto Castillo Lara, Nuca Briceño y otros.
En virtud de que el transporte era deficiente, las personas tenían que caminar mucho; los muchachos caminaban hasta las escuelas más cercanas.  Una de ellas era la de Barola.
Algunos caminos vecinales fueron hechos por el señor Diego Escalona a quien llamaban “el hombre del machete”.
Para los años 1970-1971 las actividades culturales y recreativas se efectuaban en el sector el Plan parte alta y eran organizadas por el señor Antonio Silva (el popular catire), entre las que se contaban: carreras de saco, palo encebado, baile de la escoba, huevo en la cuchara, la quema de judas, ente otras.
Con el correr de los años ésta comunidad fue creciendo; se incorporaron muchas más familias y se organizaron en Comités de Vecinos.
A las tierras invadidas le sobraron dueños.  Personas inescrupulosas se adjudicaban la propiedad y querían cobrar a los residentes por los terrenos, pero resultaban simples estafadores, hasta que los señores Manuel Machillanda (el benefactor de la comunidad), Antonio Monroy y Carlos Martínez, miembros de la Junta Pro-mejoras, adelantaron diligencias ante el Concejo Municipal de Guaicaipuro y determinaron que esos terrenos los había comprado el régimen del general Marcos Pérez Jiménez con el objeto de realizar proyectos futuros. Originalmente el sector se llamaba “Lomas de los Muertos”. 
El número de habitantes y características de la población (sexo, edad, religión, tamaño de las familias), ha variado mucho en estos últimos años.  Se calcula la cantidad de 7.000 habitantes entre niños, jóvenes y adultos, aproximadamente. Muchos de sus habitantes son andinos y se encuentran residenciados en el sector Ali Primera parte baja, también hay familias colombianas y tequeños.
Ya como comunidad organizada, ha tenido cinco (5) Asociaciones de Vecinos dirigidos por los señores Fernando, Antonio Monroy, José Morales, Cesar Guarín y Francisco Bastardo, en orden cronológico.
Actualmente, existen los servicios de agua, luz, teléfonos, áreas de recreación activa y pasiva, vías de comunicación, escuelas, centros de salud, etc.,
En cuanto a los servicios públicos se cuenta con tuberías de agua blancas también de aguas negras, escuela, aseo urbano, gas, alumbrado público y medios de transportes como autobús, taxi, entre otros. Cabe destacar que unos de los acontecimientos que marco en historia de esta comunidad fue la creación de la pasarela Ya que la misma era necesaria, debido a los accidentes fatales, ocurrido por falta de este servicio. La construcción de la escuela Unidad Educativa Francisco de Miranda, la capilla y la cancha deportiva Francisco de Miranda, fueron conseguidas gracias a las diligencias efectuadas por habitantes de la comunidad y del Concejal José Morales.
El nombre de “Francisco de Miranda”, lo utilizaron cuando el señor Antonio Monroy fue el presidente de la Asociación de Vecinos;  la pasarela la lograron a través de las diligencias del señor Machillanda, de quien admiran su firmeza y honestidad.  La primera calle que construyeron  fue la de la parte baja con la participación de Casimiro Gómez y Petra de Calzadilla.
Actualmente la comunidad está dividida en tres (3) sectores: Barrio Arriba, Barrio Abajo y Hueco Loco; cuenta con todos los servicios además de una unidad educativa hecha en el período de Francisco “Pocho” Palacios y esperan seguir organizando los nombres de sus calles y escaleras, en la cual propondrán que una se llame “Machillanda”, en honor a ese gran luchador social de la comunidad.

Reseña del Ambulatorio de Montañalta. José R. Guzmán

RESEÑA DEL AMBULATORIO DE MONTAÑALTA

En lo que podríamos catalogar como un ejemplo a seguir cuando la adversidad se hace presente, la constitución de la Asociación Civil Ambulatorio del Montañalta (A.M.A), se realiza cuando los residentes de esa populosa urbanización, padecíamos los rigores del desbordamiento de la quebrada Santa Isabel (septiembre 1996).  En efecto, producto de la intensa movilización comunitaria y de la participación de la Gobernación del Estado Miranda en la búsqueda de soluciones a la problemática ya planteada, el Dr. Richard Ovalles (Director de Política), convoca al presidente de la Junta General de Condominio: Sr. José Varela a una reunión con el Dr. Víctor Hernández (Director General de la Gobernación), para concretar aspectos relativos a la implementación de un modelo de gestión diferente en el sector salud, en el cual la comunidad organizada tendría una participación activa y protagónica dirigiendo el Ambulatorio de Montañalta. A dicha reunión asisto como invitado por el señor José Varela, por cuanto en Julio de 1996, elaboré una comunicación dirigida a la Asamblea Legislativa del Estado Miranda, donde denunciaba la arbitraria invasión por parte de la Policía Municipal de Carrizal, de las instalaciones construidas en 1993 para un centro de salud e instaba a la comunidad a organizarse para su rescate y uso adecuado.
Inscritos en ese marco de acción, se programan diferentes actividades para el rescate de las instalaciones que posteriormente constituirían el Ambulatorio de Montañalta y sede principal de la Asociación Civil Ambulatorio de Montañalta (A.M.A),  Entre ellas, destaca la realización de un cabildo abierto donde se conmina al Alcalde de Carrizal para esa época (octubre 96) señor Félix Palacios para que entregue dichas instalaciones a la Gobernación del Estado Miranda y poder así iniciar la concreción de un modelo diferente de gestión en el sector salud.  El  rescate  de la infraestructura de salud se produce en enero del año 1997, cuando la Policía Municipal desaloja la misma.

En posesión de las instalaciones y en función de hacer realidad nuestra aspiración, entramos en contacto con el Lic. José Luis Mejías, Director de Atención Comunitaria de FUDESEM (Fundación de Desarrollo Social del Estado Miranda), para la inducción y formación requerida para organizar y dirigir un centro de salud.
La constitución de la Asociación Civil Ambulatorio de Montañalta (A.M.A.), se realiza el 02-04-97 y conforman su equipo fundador los siguientes residentes en Montañalta: José R. Guzmán A., José V. Varela M., Iraida J. Rojas P., Trina Castillo de Quintero, Nancy Mata Henríquez, Carmen Alicia , Freddy Mujica, Rafael H. Cartaya R., Jairo Calderón Sarría, Ligia Margarita Pachón de Díaz, Freddy Jesús Ramírez Bautista, Vinicio Morales y José Isaac Cuberos.  Procediéndose a su Registro Legal el 28-04-97.  En Mayo del 1997 se realiza un Foro Comunitario para definir conjuntamente con FUDESEM, las directrices estratégicas y poder así encaminar apropiadamente la cristalización de un Centro de Salud dirigido por miembros de la comunidad.
En cumplimiento de la agenda establecida en el Foro Comunitario realizado en el mes de mayo de 1997, se procede en el mes de julio a concretar la obtención de lo recursos para reparar las instalaciones de salud dejadas en muy malas condiciones por la Policía Municipal de Carrizal y firmar el convenio de transferencia en el mes de noviembre de 1997.  A partir del 05-01-98 y a un ritmo vertiginoso, se apertura el servicio médico en un turno de seis (6) horas de lunes a viernes para luego extenderlo a doce (12) horas de lunes a domingo.  Complementando el servicio médico preventivo con la apertura del servicio odontológico y del laboratorio clínico, así como también las consultas especializada de pediatría, ginecoobstetricia, medicina interna, cardiología y otorrinolaringología.

El rescate de las instalaciones y posterior inauguración de dicho centro de salud es la resultante de un reconocimiento a la perseverancia por no haber desmayado ante los ataques de  ciertos sectores de la comunidad y de funcionarios de la Gobernación que apostaron al fracaso de la idea que Montañalta contara con un centro médico dirigido por los propios vecinos.
Consustanciados con el principio de que aceptar responsabilidad es sinónimo de emancipación de ese apego pasivo a la esclavitud ejercida por las élites políticas y grupos de poder, decidimos suscribir el proyecto de la Gobernación del Estado Miranda por cuanto el mismo permite, siempre y cuando se respeten las reglas y las comunidades no sean manipuladas o engañadas, participar directamente en la toma de decisiones de todos los organismos públicos.
El Ambulatorio de Montañalta, atravesó momentos difíciles por cuanto la Gobernación del Estado Miranda ha contribuido significativamente a desvirtuar el modelo originalmente concebido, al no asignarle los recursos económicos que el centro requiere, lo cual obliga a establecer tarifas sumamente onerosas e incosteables para la mayoría de los residentes de Carrizal.
Se requiere una reflexión profunda para el rescate de dicho centro médico y así obligar a la Gobernación del Estado Miranda y otros entes públicos a contribuir con el Ambulatorio de Montañalta de acuerdo a sus necesidades.



José R. Guzmán





martes, 14 de julio de 2015

Acta Nº 29 de la Junta Comunal de Carrizal. Septiembre 1909.

ACTA Nº 29 DE LA JUNTA COMUNAL DEL MUNICIPIO CARRIZAL
SEPTIEMBRE 1909.

Textual:
…”Los que suscribimos miembros de la junta Comunal del Municipio Carrizal del Distrito Guaicaipuro en el Estado Miranda a los ocho días del mes de septiembre de mil novecientos nueve se reunieron en el salón de la Jefatura Civil, con el objeto de instalar la nueva junta nombrada por el Consejo Munisipal de este Distrito; los que precentaron sus credenciales;
En este estado se procedió a los nombramientos del Presidente; Vicepresidente y Secretario resultando electo por mayoría de votos los ciudadanos Toribio Antonio Landaeta, para presidente, Adolfo Cundelle para Vicepresidente y para secretario Elías Antonio Díaz respectivamente. 
El Presidente declaró instalada la junta y después de un pequeño receso procedió a formar la cuaternaria para el nombramiento de Juez, para este Municipio, siendo electos los ciudadanos siguientes: Francisco Díaz Rodrígues, Rodrigo Valero; Calisto Pérez y Angel Ma. González P.
Terminado este acto y no habiendo otra cosa que tratar se serró la sección y firman esta acta todos los miembros principales de la junta.

El Precidente: T. Landaeta; Vicepresidente Adolfo Caundelle; El Secretario: Elías Antonio Díaz; Vocal: José A. González; Vocal: Juan B. Díaz.

Acta Nº 28 de la Junta Comunal de Carrizal. Oct. 1907.

ACTA Nº 28 DE LA JUNTA COMUNAL
DEL MUNICIPIO CARRIZAL.  OCTUBRE 1907.


Textual:

“….Los que suscribimos miembros de la Junta Comunal de ésta parroquia de Carrizal, a los treinta días del mes de Octubre de mil novecientos siete, se rreunieron los que suscriben con el objeto de instalar la nueva junta comunal nombrada por el Concejo Municipal de la Sección Occidental del Distrito Federal, los que habiendo precentado sus credenciales que los acreditan; en este estado se procedió a hacer los nombramientos de los nuevos funcionarios que resultó del modo siguiente; para Precidente: Francisco Díaz Rodríguez, para Secretario Toribio A. Landaeta, y el tercer vocal principal Manuel Ma. Mauco (o Manco).
Estando todos precentes; vocales principales y suplentes, manifestaron su conformidad con lo que terminó el acto y firman.

El Precidente: Franco Díaz Rodríguez; El Secretario T. Landaeta; Vocal Suplente: Napoleón Rodríguez, Vocal: Manuel Ma Maucó. Vocal Suplente: Víctor Pérez. Vocal Suplente: Federico Díaz……”

jueves, 9 de julio de 2015

Acta Nº 27 de la Junta Comunal de Carrizal. Septiembre 1907.

ACTA Nº 22 DE LA JUNTA COMUNAL DE CARRIZAL
SEPTIEMBRE 1907



Los que suscribimos, miembros de la Junta Comunal de esta Parroquia de Carrizal del Departamento Guaicaipuro, nos constituimos en el lugar denominado Corralito de ésta jurisdicción, con el objeto de acordar darle a los vecinos de aquel lugar, un camino público que conduzca a la carretera que va a los Teques, atravesando el lindero de las huertas de café que anteriormente hubieron y eran de José de los Reyes Bermúdez y Manuel Bermúdez, no hallando ningún inconveniente, pues no existen ya las arboledas de café.  Estando de acuerdo la Junta y el colindante, señor Aniceto Ramírez, se les concedió el permiso que solicitaron los vecinos para hacer el antes referido camino vecinal.
El Jefe Civil de la Parroquia, ciudadano José Antonio González, también asistió al lugar conjuntamente con los miembros de la Junta, y también prestó su consentimiento.
Toda vez que se pusieron de acuerdo en la anterior diligencia, conformes, firmaron:
El Presidente de la Junta Francisco Díaz Rodríguez y Luís María Benítez.




martes, 7 de julio de 2015

Plaza Bolívar de Carrizal

MÁS HISTORIA ACERCA DE LA

PLAZA BOLÍVAR DE CARRIZAL



La Plaza Bolívar, es comúnmente una plaza en honor al prócer venezolano Simón Bolívar, llamado "El Libertador" por medio del título que fue otorgado por la Municipalidad de Caracas el 14 de octubre de 1813 y ratificado en el Congreso de Angostura en 1819. Esta plaza es lo que se conoce como el centro colonial, gubernamental, político e histórico de cada ciudad, poblado, municipio y Estado de Venezuela.
Así mismo, existe un gran número de Plazas Bolívar o Plazas de Bolívar en otros países del mundo, como la Plaza de Bolívar, el centro gubernamental y político en Bogotá.
También existen plazas que llevan este nombre en honor al prócer Venezolano en Argentina, Brasil, Cuba, Colombia,  Perú, Ecuador, Bolivia, Irán, Japón, Egipto, Estados Unidos, México y en varios países de Europa, como Alemania, Francia, España,  Reino Unido, Rusia e Italia.
Carrizal, no es la excepción. La Plaza Bolívar de Carrizal, está asentada en unos terrenos baldíos que una vez fueron del Monseñor Pérez de León y éste a su vez, lo da a Luís Peña por el año 1930 aproximadamente.
Posteriormente, como eran terrenos municipales, La Junta Comunal necesitaba una parte de esos terrenos para utilidad pública y en el año 1944, se comenzó a construir  la Plaza Bolívar de Carrizal. De dicha plaza no hay mucho que se haya dejado escrito. No fue sino hasta el año 1990, cuando José Luís Rodríguez, primer Alcalde de Carrizal, le puso alumbrado y remodeló la Plaza y posteriormente Félix “Pocho” Palacios, le dio la remodelación actual.En los comienzos de los sesenta la Plaza Bolívar de Carrizal estaba rodeada por casas construidas con grandes paredes sonoras, puertas altas de madera trabajada y ventanas con barandas. Los habitantes colindantes con la plaza se recogían tempranamente. Muy pocos se aventuraban a merodear cercano a la media noche. 
Más de uno ya había contado su experiencia con los gritos sumamente afligidos y dolorosos de una mujer que todos consideraban insepulta. Los gritos sobrecogían transmitiendo a sus oyentes una gran angustia, una desesperación que causaba el pavor de un mal amenazante, muy cercano en el ambiente, a pocos metros de distancia de la persona que tenía la desdicha de escucharlo. 
Alrededor de esta muerte se escuchaban muchos cuentos, verdaderamente imaginarios, cargados de fantasías. La mujer se mató y el cuerpo no lo encontraron;  no se le pudo dar sepultura.    
En voz baja se narran otras versiones y rezan el rosario. 
En tanto más se cruzan los relatos, más se reza por el perdón de esa alma. En el primer domingo del mes de abril, en las primeras horas de la mañana, los vecinos extrañados vieron aparecer a un sacerdote, alto y fuerte, de pelo negro bien cortado, cara amplia, nariz aguileña y ojos muy azules, de mirar airado y de paso firme.  Llegó hasta un terreno baldío que quedaba entre las calles Urquía y Páez.   
El terreno estaba lleno maleza.  Un tronco muy grueso y seco se erigía en el centro como testigo impertérrito de alguna tragedia humana. Levantó en la mano derecha un crucifijo, que se veía de oro y plata. Hizo una oración. Dio unos pasos y se arrodilló, para volver a orar. Los curiosos suponían que estaba ensalmando el sitio; liberando aquella alma en pena, sin descanso eterno.  Luego se puso de pie y se fue a la iglesia sin hablar con nadie; tampoco nadie lo vio cuando se marchó.Los gritos se callaron y luego la gente del pueblo los olvidó, hasta el día de hoy.



lunes, 6 de julio de 2015

Acta Nº 26 de la Junta Comunal de Carrizal. Abril 1904.




ACTA Nº 26 DE LA JUNTA COMUNAL DE CARRIZAL
ABRIL 1904


En el municipio Carrizal, a los tres días del mes de Abril de mil novecientos cuatro; se reunió la Junta Comunal compuesta de todos sus miembros con la finalidad de dar lectura y discusión de un escrito presentado por el Sr. Ángel María González Díaz, en el que pidió un solar para su casa la cual era sumamente estrecha e igualmente otra petición hecha por el Sr. Antonio F. Mujica, mediante la cual solicitaba una vega que está en el lugar denominado Corralito, las cuales fueron acordadas.Al primero de los mencionados, se le demarcó un trozo de terreno que formaba parte del solar de la casa de Eduardo Bermúdez, con el compromiso de que algunas matas de las que había en el mismo, se le abonen a su dueña.
Al segundo se le impuso que se le daba la vega solicitada, para que trabajara en ella, pero con la condición de que si fuere a venderle parte del terreno a alguno, tenía que participarle a la Junta para que ésta, impusiese los deberes que creyera convenientes al nuevo comprador.
Se le hizo saber al Sr. González Díaz, que para tomar el solar, debía mandar a evaluar las matas por dos peritos.
La Junta, acordó notificar a la dueña de las matas, lo decidido en la Sesión.
Con éste acto, finalizó la misma y conformes, firmaron:
El Presidente Francisco Díaz Rodríguez, El Secretario Rodrigo Valero, Federico Díaz, Luís María Benítez y Enrique F. Álvarez.




jueves, 2 de julio de 2015

Don Ildefonso Leal. De Horacio Biord.

DON ILDEFONSO LEAL
  
CRONISTA DEL MUNICIPIO

GUAICAIPURO







El domingo 07 de junio de 2015 falleció en Los Teques don Ildefonso Leal, director de la Academia Nacional de la Historia, donde ocupaba el sillón “letra 0″ y era, además, el vicedecano de la corporación, es decir el segundo individuo de número con mayor antigüedad en la sucesión de académicos. En total, fue numerario durante 44 años. Había ingresado el 06 de mayo de 1971, a la edad de 39 años. Como recipiendario, en esa solemne ocasión leyó un discurso sobre la vida intelectual venezolana en el siglo XVIII, contestado, como se estila en esos casos, por el académico don José Nucete Sardi.
Profesor titular jubilado y cronista de la Universidad Central de Venezuela (cuyo Archivo Histórico dirigió), columnista de varios periódicos, investigador acucioso y presidente honorario de la Academia de la Historia del Estado Miranda, don Ildefonso a sus 83 años estaba cargado de méritos y merecimientos.
Se desempeñó durante muchos años como cronista oficial de Los Teques y fue el impulsor de la Biblioteca de Temas y Autores Mirandinos, un gran proyecto editorial dedicado a rescatar o divulgar, según el caso, obras fundamentales de autores mirandinos o valiosas para comprender la historia y cultura del estado Miranda, en su más amplio alcance.
Nacido en Lagunillas (estado Zulia) el 22 de enero de 1932, llegó muy joven a Los Teques. En la capital del estado Miranda no solo completó sus estudios (en el Liceo Miranda y luego en Caracas en el Liceo Fermín Toro) sino que habría de vivir allí el resto de su vida, formar un hogar y alentar con su presencia y su ejemplo actividades intelectuales, entre ellas, la fundación del Ateneo. En 1956 egresó de la Universidad Central de Venezuela como licenciado en Historia y en 1962 se graduó allí mismo, con honores, como doctor en Historia. Hizo estudios de postgrado en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Sevilla (España). En esa ciudad, durante diversos períodos, realizaría investigaciones en el Archivo General de Indias.
Resultado de imagen para ildefonso lealTres fueron las vertientes principales de la obra de don Ildefonso: la historia de la educación universitaria en Venezuela y, en especial, de la Universidad Central de Venezuela; la historia intelectual del país y la historia de la patria chica tequense. En el primer campo deja obras fundamentales como La Universidad de Caracas y la guerra de independencia (1963), Historia de la Universidad Central de Venezuela. 1721-1827 (1963, que fue su tesis de doctorado en Historia), Cedulario de la Universidad de Caracas, 1721-1820 (1965), La Universidad de Caracas. 237 años de su historia (1967), Documentos para la historia de la educación en Venezuela. Época colonial (1969), El Claustro de la Universidad y su historia (1970-1979, 2 volúmenes), Historia de la Universidad Central de Venezuela, 1721-1981 (1981), La Universidad de Caracas en los años de Bolívar. Actas del Claustro Universitario, 1783-1830 (1983, 2 volúmenes); en el segundo La cultura venezolana en el siglo XVIII (1971, que constituyó su trabajo de incorporación a la Academia Nacional de la Historia) y Libros y bibliotecas en Venezuela colonial, 1633-1767 (1978, 1979, 2 volúmenes), esta última un verdadero clásico de nuestra historiografía; y, por último, en el tercero El libro parroquial más antiguo de Los Teques, 1777-1802 (1994), Nacimiento del régimen municipal de Los Teques. Actas del Cantón Guaicaipuro, 1853 (1998) y Los Teques, testimonios para su historia (1997, 2 vol.).
Su trabajo como cronista de Los Teques, además de esas obras fundamentales, quedó plasmado en numerosos artículos breves que dan cuenta de la historia de la ciudad y sus alrededores (los llamados Altos, de Miranda o de Caracas, como se les decía en el siglo XIX, o también a secas, como se incluye en los nombres de tres de sus centros poblados: San Antonio de Los Altos, San Diego de Los Altos y San Pedro de Los Altos). Dejó una importante obra inédita, la historia del ferrocarril de Los Teques, que, sin duda, ha de ser una contribución esencial para entender aspectos diversos de la vida de la ciudad y la región y las vías férreas en Venezuela. En muchos sentidos, don Ildefonso fue modelo de cronistas: un profesional muy bien formado y dispuesto a profundizar la historia de la ciudad para beneficio de la ampliación del conocimiento histórico local y regional, un cronista historiador capaz no solo de narrar anécdotas sino de explicarlas y analizarlas en su contexto espacio-temporal y su trascendencia histórica más amplia. Para Los Teques y el estado Miranda todo ha sido y será, por siempre, motivo del más grande orgullo haberlo tenido como cronista de la ciudad capital.
Como director de la Academia Nacional de la Historia logró un importante acuerdo editorial con el Banco Central de Venezuela que permitió, a pesar de la fuerte crisis económica que ha afectado la producción de publicaciones, la edición de diversos títulos fundamentales para la historia de Venezuela. Entre ellos, por su relevancia para la historia regional mirandina, cabe destacar la reedición de El estado Miranda de Francisco de Paula Álamo, libro publicado originalmente en 1911 por el gobierno del estado Miranda.
Durante los últimos años de su vida, signados en parte por ingratitudes e incomprensiones, don Ildefonso supo ser un modelo de integridad y ecuanimidad. Ello tiene un valor excepcional en tiempos de polarización y ánimos exaltados, cuando se requiere, precisamente, la mediación y el diálogo.
Su deceso y su entierro siguieron el estilo del hombre: la humildad del sabio y la sencillez de un caballero de las letras y las ciencias históricas. Venezuela y Los Altos de Miranda le deben mucho a don Ildefonso. La adecuada ponderación historiográfica de su obra investigativa lo colocará en un sitio de honor en nuestra tradición intelectual. Que en paz descanse quien tanto contribuyó, en el campo de los saberes, a lograr y mantener la paz.

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Horacio Biord Castillo
Investigador, escritor y profesor universitario.
Jefe del Centro de Antropología del IVIC.
Individuo de número y presidente de la Academia Venezolana de la Lengua.
Individuo de número y primer vicedirector de la Academia de la Historia del Estado Miranda.