lunes, 2 de noviembre de 2015

San Juan Bautista de Carrizal (V)

TÍTULO V
SAN JUAN BAUTISTA DE CARRIZAL

Carrizal cuando fue elevada a la categoría de Parroquia Eclesiástica el 17 de febrero de 1826, recibió el nombre de San Juan Bautista, invocando así el nombre del santo en quien los esclavos y feligreses entregaban sus anhelos.  El informe del Provisor y Vicario del Arzobispado debió ser de la mejor defensa a favor de la tan anhelada parroquia, tanto que la respuesta de la jerarquía superior fue positiva.  Previamente  cuántas veces tal petición fue denegada.
Hoy Carrizal, en el estado Miranda rinde, una vez más, culto a su Santo Patrono a través de manifestaciones de fe, actos culturales y  educativos,  trabajos folklóricos, actividades históricas, todas de identidad regional, típicas de nuestro estado.
Como sabemos la historia de Carrizal esta pletórica  de pasajes e historias que reflejan las luchas de sus fundadores de origen isleño,  ayudados luego por esclavos negros e indígenas en su afán de construir una ciudad en estos parajes de apetecido clima y abundantes manantiales. Previamente, estas tierras habían visto las hazañas titánicas de ese gigante indígena de la libertad: Guaicaipuro junto a Chacao, Paramaconi, Epoima, Baruta, toda la familia Acaguáima, en su lucha sin cuartel para detener al invasor. Podemos decir con Rubenángel Hurtado:   
Piernas de araguaney, pecho de mangle
Brazos de bosque antiguo
Tu rostro de tabaco y de metales
Sacudía relámpagos de vidrio
Flecha y arco y el grito
delgado de tu flecha silenciosa
Flecha y arco midiendo territorios
Cobrando y recobrando tierra y sueños
Flecha y arco y el odio
                       lamiéndote las huellas y el miedo
 Espadas, cruces, cascos
                                                        Llenaron la epidermis de tu suelo                                                                                                
Fueron más de cuarenta años de intensas batallas para evitar que el conquistador llegara. Aun resuenan  en las innumerables cuevas del indio los gritos de Epoima y sus valientes durante el rescate de Uquira, de la mano vil y lasciva del invasor asombrado ante su belleza exótica. Más de un episodio ocurrió en que las irrisorias fundaciones de poblados fueran arrasadas. Muchas de esas luchas se libraron acá. Muy cerca de Carrizal queda Suruapo lugar del asentamiento del líder. Por supuesto que la superioridad de las armas  y las enfermedades para las cuales no se habían generado anticuerpos pudieron mas, junto a la maldad del invasor, que sin escrúpulos envenenaba las aguas de beber. Se cuenta  que los europeos se percataron de las enfermedades nuevas en los indígenas y, perversamente, colocaban en las quebradas y bebederos prendas de vestir curtidas de uso casi permanente. Nuevas cepas de virus y bacterias  se sembraban. Sin saberlo, habían inventado la guerra bacteriológica.
 Es bien sabida la existencia de oro en estas empinadas colinas.  Los españoles explotaron las minas  de oro del área de la quebrada Santa María hasta bien entrado el siglo 19. Se dice que el realista Monteverde logro extraer gran cantidad del metal, el cual  escondió antes de ser derrotado definitivamente.

Por su lado las luchas de sus habitantes para lograr una parroquia eclesiástica mantuvieron en vilo a varias generaciones. Siempre fueron rechazadas sus solicitudes. El argumento utilizado era siempre el mismo: “son muy pobres, no tienen ni con que  pagarle a un sacerdote”. Un hecho de gran importancia ocurre cuando don José Manuel Álvarez en abril de l827 dona una enorme extensión de terreno para la producción agrícola y pecuaria. La  única condición que puso era que con las ganancias generadas se construyera una escuela y se pagara el maestro. Mayor acto de altruismo. Por eso Don José Manuel Álvarez pasó a la historia de Carrizal como su  gran  filántropo. No quería Don José Manuel que los niños de Carrizal crecieran  sin instruirse  y sin recibir las enseñanzas cristianas mínimas. 

San Juan Bautista de Carrizal (IV)

TÍTULO IV
LA PROCESIÓN





Las características de la fiesta varían de una comunidad a otra....En Guatire son las tamboras, el plato de peltre y las charrascas; en otras poblaciones es el mina acompañado de la curbata, la voz de los solistas alternados con el coro, junto al sonido de las guaruras y las maracas; y el conjunto redondo. La fiesta de San Juan más conocida del estado es la de Curiepe. Es tradición en algunas  poblaciones que la fiesta se inicie en la víspera del día de San Juan, es decir, el 23 de junio en la noche. Al inicio de la tarde, los tamboreros van calentando la ejecución que aún no adquiere toda la vivacidad con el tambor mina y la curbata ubicados a un lado de la plaza. Ya en la noche y en una casa cercana donde se encuentra la imagen en su nicho bien adornada con telas de colores, flores y palmas, llegan los tocadores de tambor redondo y comienzan a "entonar" delante del santo para dar inicio al primer velorio. Más entrada la noche, se escucha el tambor mina en la calle y el tambor redondo en la sala. El baile del mina es libre y algunos llevan maracas que hacen sonar, a veces se oye la guarura que, antiguamente, era reemplazada por un cacho. Durante toda la noche suenan los tambores y era costumbre que antes del amanecer los barloventeños se bañaran en un río o arroyo cercano, acompañados de cantos malembe y ritmos de tambores redondo... En la mañana del 24 se celebra misa en honor a San Juan y tan pronto concluye resuenan los tambores. Prosigue la parranda  y por la tarde hacen recorridos por el pueblo precedidos por el santo y acompañado de los tambores, hasta llegar a la casa donde se va a realizar otro velorio que, al igual que la noche anterior, se lleva a cabo con toques de tambores, cantos y bailes.  El día 25 es El encierro de San Juan. Durante el día, el tambor descansa hasta las tres de la tarde,  cuando se va despedir al santo. Este es el momento más alegre y emocionante de toda la fiesta. A las cuatro de la tarde sacan a San Juan en andas de la casa donde se encuentra para llevarle en recorrido por el pueblo. Cuatro portadores lo llevan, bailando al ritmo de los tambores.... La batería de tambor grande llega a una esquina y comienza a tocar con fuerza. Todos se congregan, suenan los cohetes, traen el santo bailando y acompañado por los tambores redondos. Se detienen todos en la esquina. Tiempos atrás, los comerciantes lanzaban caramelos y dulces de pan (catalinas). Sigue el recorrido en dirección a la capilla, al llegar a la puerta comienza otro baile, se oyen los cantos y los gritos con gran furor. De pronto, se detiene el baile y la algarabía, se continúa el camino pero ahora hacia la iglesia a donde llegan con cantos y ejecuciones alternas de malembe, mina y redondo. El baile del tambor se inicia, de nuevo, frente a la puerta de la iglesia. El público se distribuye en torno al tambor y por toda la plaza. Repican las campanas mientras el santo es introducido al templo. Sólo entran los que cargan al santo y detrás de ellos se cierran las puertas. Las campanas repican con mayor fuerza; momento en que también lanzan dulces y caramelos al público. De repente, por una puerta lateral de la iglesia, sale el santo "robado" por sus cargadores. Detrás se le agregan los tambores redondos, mientras el mina sigue tocando en la puerta principal, donde se reúne la mayor parte del público. Para finalizar, todos se dirigen a la casa de donde salió inicialmente el santo y allí tocan hasta amanecer.

San Juan Bautista de Carrizal (III)

TÍTULO III
SAN JUAN BAUTISTA, SANTO DE LA ESPERANZA

“San Juan tó’ lo tiene, San Juan tó’ lo da”

Así comienza el canto surgido de la negritud maltratada por el conquistador europeo, de lo más hondo de su corazón, su anhelo de amor y libertad. La imagen de un santo negro, bonachón y parrandero nace, pues, de ese sueño.  Se identifica con sus dolores, con su angustia y con su esperanza.
San Juan Bautista es la imagen del amor y de la esperanza en todos los grupos de negros, cimarrones, mulatos y zambos de la América Hispana.
Es el santo más popular.  Todos los pueblos del centro y la costa del país, rinden culto al santo a través de sus manifestaciones folklóricas y religiosas. Desde Barlovento hasta Turiamo, Patanemo, Palma Sola, en muchas partes de los estados Aragua, Miranda, Carabobo, Yaracuy y el Distrito Capital, homenajean al santo durante uno o varios días consecutivos.  En general, en la víspera del 24 de junio se celebran oficios religiosos en la noche, al amanecer y en el día 24. Cuando se realizan fiestas patronales estas duran una semana y se tocan tambores acompañados de distintos instrumentos de percusión, tales como mina, culo e´puya, tambor mayor, cumacos, curbetas o curbatas, charrascas y maracas, entre otros.
En la colonia eran tocados en un día especial, cuando los amos permitían un día libre, durante el cual los esclavos no trabajaban; hacían “lo que querían”.  Era un día dado en libertad por los amos en la época colonial.  Por supuesto que había regocijo entre los esclavos, quienes ponían toda su creatividad a funcionar para la fiesta al día libre.  Es un pasado vibrante.  En ese día hasta las distinciones étnicas eran olvidadas. La danza era colectiva, los tambores contagiaban la alegría.  El tambor grande hecho con tronco seco del aguacate, lideraba la fiesta, seguido de la mina, la curbeta ó curbata.  Cada uno con su cuero templado al fuego.  También todo le daba sentido a ese universo, que hasta olvidaban sus miserias.  Las maracas reventaban de alegría con  cantos y recitaciones:
-¡San Juan!, ¡San Juan!, dame milcao
yo te daré pan.
ó:
Ay, ay, ay, ay!
Que también San Juan Bautista
con regocijo y esmero
de cuelga te dio un cordero
presentándolo a tu vista.


Por ser hoy día de tu Santo, 

con prósperas alegrías 

a tus puertas vengo a dar 

vísperas, noches y días. 

¡Ay, ay, ay, ay!

San Juan Bautista de Carrizal (II)

TÍTULO II
SAN JUAN EL BAUTISTA

 
San Lucas narra en su evangelio que María, luego de la anunciación por parte del Ángel Gabriel, fue a visitar a Isabel su prima, quien también estaba gestando y se encontraba ya en el sexto mesFue relativamente sencillo para San Juan el Bautista establecer los seis meses previos al nacimiento de El Mesías, lo cual ocurriría al rededor del 24 de diciembre. San Juan lo sabía, era el precursor de El Mesías llamado Jesús. La Sagrada Escritura dice que Juan el Bautista es el precursor de Jesús. Y como  sumo sacerdote en la época del Nuevo Testamento, el pasó mediante el bautismo todos los pecados del mundo a Jesús. De la infancia de San Juan nada sabemos. Tal vez, siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del Espíritu de Dios porque el contacto con la naturaleza le acercaba más a su misión. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la oración. Se estaba preparando para el momento supremo del bautizo del Cordero de Dios.
Como vestido sólo llevaba una piel de camello, y como alimento, aquello que la Providencia pusiera a su alcance: frutas silvestres, raíces, y principalmente langostas y miel silvestre. Solamente le preocupaba el Reino de Dios.  ¿Por qué Juan vivió sólo en el desierto, vistiendo pieles de camello? Para asumir el alto sacerdocio y como el representante del ser humano, Juan el Bautista debía prepararse debidamente. Juan el Bautista pasó los pecados del mundo a Jesús para nuestra salvación. San Juan Bautista es especial dentro del santoral católico.  Lo paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento del Bautista, que en realidad no debería festejarse porque a los Santos siempre se  le recuerda el día de su muerte. San Agustín hace la observación de que la Iglesia celebra la fiesta de los santos en el día de su muerte, pero que en el caso de San Juan Bautista, hace una excepción y le conmemora el día de su nacimiento, porque fue santificado en el vientre de su madre.  La vida de san Juan Bautista está llena de enseñanzas prácticas que no caducan con el paso del tiempo. Desde su nacimiento hasta su muerte, la trayectoria de Juan es ejemplar y hoy, dos lecciones de vida resuenan con especial fuerza: su valentía y humildad.  Incluso, de él, el propio Jesús dijo: “…Entre los nacidos de mujer, nadie ha sido mayor que Juan el Bautista…”
El nombre Juan procede del hebreo Yo-hasnam, que significa Dios con nosotros.  Otra etimología cercana es Jo-hanan y jo-hannes, que significa Dios está a favor mío.
Por todo lo expuesto, la noche del 24 de junio es la noche de San Juan, con lo cual se heredaron una serie de prácticas, ritos, tradiciones y costumbres cuyos orígenes se encuentran en Europa y desde allá llegaron a América.



San Juan Bautista de Carrizal (I)

TÍTULO I
ANTECEDENTES

El 21 de junio se celebra en el hemisferio norte, el día más largo del año.  Hay dos momentos en el año en que la radiación solar a medio día golpea la faja tropical del planeta en máxima angularidad generando mucho calor.  Son los dos solsticios, uno de verano que se produce el 21-22 de marzo y el otro de invierno el 21-22 de septiembre.  En ambas posiciones la duración del día es máxima con respeto a la duración de la noche.  Sólo que en solsticio de verano para el hemisferio norte, la duración del día va en increscendo hasta llegar al 21-22 de junio cuando el trópico de cáncer, colocado 23.5 grados al norte recibe la máxima luminosidad de más de 13 horas de sol.
En cambio la duración del día desde el 21-22 de septiembre va en decremento por que se aproxima el invierno.  Todo lo contrario ocurre en el hemisferio sur.
La celebración del solsticio es muy antigua.  La fecha establecida por la iglesia para conmemorar a San Juan coincide aproximadamente con el solsticio de invierno, oportunidad en la que se practican diversas prácticas rituales paganas destinadas a avivar y conservar el brillo del sol, fuente principal de energía. La naturaleza, el hombre y el cosmos  celebran una fiesta cargada de poder y magia.  Las hadas andan sueltas por los bosques.  Los agricultores elevan sus oraciones al cielo para agradecer al verano sus cosechas.  Es también momento para agradecer la fecundidad de la tierra.
Fogatas y distintos ritos se repetían en las montañas, valles, cañadas y ríos, pidiendo al sol que no permitiese perder su esplendor. Por eso alrededor del 20 de junio, se realizaban toda clase de celebraciones para agradecer al sol por su luz.
En definitiva, la atmósfera se carga de un aliento sobrenatural que impregna cada lugar mágico del planeta y es el momento propicio para llenarnos de magia, ilusionarnos y narrar a nuestros hijos, nietos o amigos toda clase de cuentos, anécdotas y chascarrillos sanjuaneros que nos sepamos. La Noche de San Juan, la de las tradiciones mágicas, se caracteriza por la multitud de hogueras que iluminan la noche. Los ciudadanos arrojan a la hoguera antes de su encendido pequeños objetos, conjuros, deseos e incluso apuntes del curso con el objetivo de hacer desaparecer los malos espíritus.
La noche y el amanecer, están dedicados a San Juan en un esfuerzo por cristianizar las numerosas fuerzas que se manifiestan en esta mágica jornada, en la que todas las sociedades tradicionales de Europa y América ponen en marcha numerosos rituales de antiguo origen y profunda funcionalidad cultural. La fiesta no es específica de localidades concretas, sino que se extiende por toda Europa y América con diversas variantes.

 
 Titulo: San Juan Bautista, 1513-16

Características: Óleo sobre tabla 69 x 57 cm.