lunes, 26 de agosto de 2013

Historia de Carrizal (XVIII). La Ermita.

CARRIZAL EN LA HISTORIA (XVIII)


En ese mismo orden de ideas recordando las fiestas emblemáticas nos encontramos con las correspondientes a la Virgen del Carmen que se celebran el 16 de julio.
A manera de historia, podemos recordarles que, desde los antiguos ermitaños que se establecieron en el Monte Carmelo, Los Carmelitas (devotos de la virgen) han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ya en el siglo XIII, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.
Los Carmelitas han difundido en el pueblo cristiano la devoción a la Santísima Virgen del Monte Carmelo, señalándola como modelo de oración, de contemplación y de dedicación a Dios. María, en efecto, antes y de modo insuperable, creyó y experimentó con Jesús, Verbo encarnado, la cumbre del encuentro del hombre con Dios.
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.

Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Reina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar.  Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.
En nuestro municipio tiene su tradición desde que Ignacio Álvarez, padre de don José Manuel Álvarez,  construyó una capilla en honor de la Virgen en el pueblo, la cual llamaron La Ermita (vía Agua Mineral “La Roca”), la cual según las costumbres de entonces la sitúan al lado del cementerio que quedaba en El Topo (Entrada de Potrerito I).
Todo el pueblo acudía a las fiestas religiosas, sobre todo el día de San Juan.  Desde todos los campos y caseríos vecinos, venía la gente a participar en las ceremonias y a acompañar las procesiones.  En el altozano de la Iglesia y frente a la plaza, se colocaban las vendedoras de dulces, caratos y frituras, alumbradas con sus lámparas de carburo.
Por las frías calles de tierra del pueblo que se convertían en fangales con las frecuentes lluvias, los habitantes del pueblo, salían desde una casa grande de bahareque con un espacioso patio central de tierra y cuartos pequeños en tres de sus lados, propiedad del señor Álvarez, en un devoto recorrido con la Virgen a cuestas, alumbrada a la luz de velas de esperma, rogándole que curara a los enfermos de pandemia (gripe española) que en aquellos tiempos causó tantas víctimas e hizo alejar a los visitantes de las parroquias foráneas a la procesión, que entre las siembras de caña de azúcar, naranjos, bambúes y cafetos, emprendían los fieles cada 16 de julio el recorrido. Las procesiones tenían un hondo fervor cristiano.
Las demás fiestas religiosas del pueblo son las que celebra normalmente el catolicismo hispánico, a saber: Noche Buena, los Reyes Magos, la Inmaculada Concepción, San José, San Pedro y San Pablo, la de Todos los Santos y la de Los Difuntos, circunscritas al ámbito exclusivo de la iglesia.
En el mes de mayo se celebran los Velorios de Cruz.  Para ésta actividad son invitados al pueblo músicos, cantadores y decimistas de las poblaciones vecinas, para que expresen su arte durante la noche del velorio. En la Navidad, la mejor celebración son las “Misas de Aguinaldo”.  Éstas se hacían en la madrugada y los muchachos salían a patinar.  En un tiempo estas patinatas se hicieron en la Urbanización Colinas de Carrizal, alrededor de las lagunas artificiales. 
Tiempo después las emocionantes carreras en patines fueron reemplazadas por los “piques” de carros, actividad cuyo itinerario recorría la Urbanización Colinas de Carrizal, San Antonio de los Altos, Los Castores y retornaba al punto de partida.  Con el paso de los años todos estos entretenimientos se han ido perdiendo...

martes, 13 de agosto de 2013

Historia de Carrizal (XVI). Carrizal 1940.

CARRIZAL EN LA HISTORIA (XVI)

Era principios de los años ´40 y por ese camino llegaba el primer carro a Carrizal; era un Ford y lo manejaba Andrés Artahona;  según el Libro de Registro de Terrenos Comunales y otras Propiedades que llevaba la Junta Comunal del Municipio Carrizal fechado en Octubre de 1940, llegaron al municipio camiones, camionetas y automóviles pertenecientes a los ciudadanos: Eduardo Guevara, Francisco Landaeta, Ángel Marrero, Alberto Machado, Augusto Matamoros, Félix Zambrano, Juan Madinaveitía, Alberto Guinaglia, Daniel del Burgos, Francisco Camposano, Luís Simón, Mario Luchür , Ramón Vidal y Leobigido Pérez.
Estos ciudadanos pagaban sus Patentes por concepto vehículos trimestralmente a la Junta Comunal del Municipio, a razón de Cuarenta Bolívares (Bs. 40,oo) los camiones; Veinticinco Bolívares (Bs. 25,oo) las camionetas y Veinte Bolívares (Bs. 20,oo) los automóviles.
En el mismo Libro de Registro aparecen los pagos de las mensualidades de los Comerciantes establecidos en el municipio, entre los cuales podemos mencionar: Canuto Acosta, Claro Alayón, Clemente García, Dionisio Garcés, Ramón Hurtas, Tomás Hernández, Ángel María Marrero, Francisco Matamoros, Augusto Matamoros, Bernardo Hernández, Pablo Revete, Rosalio Ochoa, León Díaz, Martín Corrales, Pedro Gómez Flores, Pantaleón Vierma, Andrés Vierma y Juan Grimán, quienes tenían negocios de víveres, botiquines, alpargaterías y carpinterías en Carrizal, Corralito, Las Minas, Barrialito, Guareguarito, La Fila de Guareguare y Las Adjuntas.
Éstos lugares antes desde la Donación de Don José Manuel Álvarez, tuvieron una vida quieta y apacible.  Sus moradores estaban dedicados principalmente a las faenas agrícolas, sobre todo de frutos menores y haciendas de café. Posteriormente llegaron las siembras de hortalizas, pero eso fue mucho más reciente.
El pueblo era un lento remanso de vidas y seres.  Acompasados a un discurrir siempre igual.  Nada turbaba esa vida de pocos vecinos.  Encausados entre sus  trabajos y sus familias, alejados de los conflictos y angustias de afuera. El mundo era muy lejano, más allá de sus cerros.  Pocos iban a Caracas, cuando mucho iban a Los Teques y con mayor frecuencia a San Antonio.
Sólo las fiestas patronales y el día del Carmen alborotaban un poco la superficie de Carrizal.  El programa de fiestas lo redactaba Don Francisco Matamoros, quien traía a la población un gran despliegue de cohetes.  La misa solemne la oficiaba algún cura traído de pueblos vecinos, además de la procesión y toros coleados que se hacían en la tarde. Cerraban la Calle de Abajo (Calle Bolívar) con talanqueras y no faltaban vendedores de dulces y granjerías, una que otra ruleta de animales, además de recibir a visitantes de poblaciones vecinas.  Las muchachas se ponían sus mejores vestidos y calzados y se iban a desfilar calle arriba y calle abajo en un continuo remolinear.

Otra de las fiestas que alteraba completamente el ritmo de la población, era la Semana Santa, ya que la vida en esos días giraba alrededor de la Iglesia y las procesiones. Todo el pueblo y los caseríos se volcaban aquí.  Aparte de la celebración religiosa, era una forma social de encontrarse y visitar. Era una de las ocasiones de “ver y dejarse ver”.

El Nazareno tenía mucha devoción y el miércoles santo, no faltaban unos cuantos Nazarenos vestidos con su túnica de liencillo morado, “pagando promesas”.  El jueves santo, en las ceremonias de la mañana, se ponía la llave del “Monumento al Jefe Civil”, raramente a otra persona.  Luego se iban a celebrar a la casa del homenajeado, por lo general entre “tabaco y ron”

Historia de Carrizal (XVI). Religiosidad.

CARRIZAL EN LA HISTORIA (XVI)

La procesión más notada y solemne era la del Viernes Santo.  El sepulcro lo adornaban y cuidaban en la casa de la familia Sotomayor, en la calle Las Flores, ahora denominada calle Páez.

Recordemos que Viernes Santo, es el viernes anterior a la Pascua de Resurrección, celebrado por los cristianos como la conmemoración de la muerte de Jesucristo. Desde los comienzos de la Iglesia católica, este día se dedicaba a la penitencia, el ayuno y la oración.
Ese día, el cura, los monaguillos y los fieles, iban a buscar al Santo y lo llevaban a la iglesia en hombros en una procesión que empezaba allí en la casa de los Sotomayor, doblaba hacia la Plaza Bolívar y luego por la Iglesia hasta la Plaza Las Américas, después hacia la izquierda hacia la Calle de Abajo y entonces se enfilaba por la subida de la Iglesia hasta hacer circuito con “la Magdalena” y  “San Juan”, uno de los doce apóstoles junto a San Pedro, contemplaron la Transfiguración de Jesús y su agonía en Getsemaní, “La Dolorosa”, conjuntamente con “El Sepulcro”, hacían el recorrido en medio de cantos y ruegos de los habitantes del pueblo.
La liturgia del Viernes Santo se componía tanto entonces como ahora, de cuatro partes diferenciadas: lecturas bíblicas y oraciones solemnes, incluyendo la lectura de la Pasión según San Juan, la adoración de la cruz, la comunión de los fieles y las devociones populares.

Es así como los habitantes del pueblo de Carrizal, manifestaban su devoción en toda la “semana mayor”, especialmente el viernes santo y el domingo de resurrección.
Otras de las fiestas religiosas dentro del calendario cristiano que tradicionalmente se han celebrado en Carrizal, son: San Juan Bautista que se conmemora el 24  de junio, con características más religiosas que paganas.  La comunidad sale en procesión, se realizan bautismos, confirmaciones y comuniones con la asistencia, por lo general, del Obispo de la Diócesis.
Otrora, se realizaban actividades deportivas y juegos recreacionales tales como palo encebao, carreras de sacos, cochino encebao y las famosas peleas de gallos.
La actividad central de estas fiestas era los toros coleados, acondicionando los citadinos, la calle abajo del pueblo.  Dentro de las actividades culturales, habían conjuntos musicales de instrumentos de cuerdas: bandolas, bandolinas, cuatro, guitarra y arpa.  También en oportunidades solía tocar una orquesta con instrumentos de viento, conformada por músicos del pueblo o poblaciones vecinas, contratados por comerciantes o pagados con una colecta hecha en el pueblo, actividad ésta presidida por el cura párroco, el jefe civil y la cofradía de San Juan Bautista.

Otra fiesta de importancia es la ofrecida a Nuestra Señora de la Candelaria, que se celebra el 2 de febrero y data de muchos años atrás, traída por los primeros canarios agricultores que conformaron el movimiento migratorio hacia los Altos Mirandinos, patrona de las Islas Canarias, ocasionando que de ésta manera llegase la fe de ésta santa patrona al sentimiento del pueblo trabajador carrizalense, generación que aún con el paso de los años, lucha por mantenerse viva.
En la siguiente festividad religiosa, fue ordenado en el año de 1909, en su primera misa oficiada en el municipio Carrizal, monseñor Rafael Pérez León, quien por muchos años dedicó su vida a la iglesia y a los pobres, fundó y continuó con ésta celebración;   se trata de la Cofradía del Santísimo Sacramento, aún hoy existente.  Recordemos que Rafael Encarnación Pérez León, nació en Carrizal el 26 de julio de 1884, en el seno de una familia conformada por el General Francisco Pérez Carías y Doña Edelmira Enriqueta León de Pérez.    Las columnas de la construcción de la casa del Padre Pérez las hizo el Sr. Gustavo Martínez sobrino del padre Pérez León, (Padre del ex-Alcalde de Los Teques, Freddy Martínez).   El Padre Pérez trajo al Sr. Antonio Cardozo como Maestro de obras quien construyó también la Iglesia del Municipio.





jueves, 1 de agosto de 2013

Historia de Carrizal (XV). Laguna de los Patos. Panamericana.

Historia de Carrizal (XV)


Esta laguna era llamada “El Pozo de Cajigal” o la “Laguna de los Patos”, ubicada al lado de la Hacienda Landa propiedad de Don Alberto Machado.  Era alimentada por las corrientes  que caen en la quebrada Carrizal desde su propio nacimiento en Llano Alto. En una distancia de  tres y medio  kilómetros, ésta quebrada recibe las aguas de las quebradas Yerbabuena y Los Pozotes.  Más adelante hacia la carretera Panamericana, se le une  la quebrada Barola. 
Carretera Panamericana Km. 19
En esa misma vía a orillas de la Panamericana, entre los kilómetros 17 al 19, donde está actualmente la Comunidad “Francisco de Miranda”, recibe dos (2) nuevos torrentes: San Pablo que viene del Topo Zanín y la Carbonera. Ésta última quebrada es producto de la unión de las quebradas Barrialito y los Budares. Todos estos caudales, constituían la quebrada Santa Isabel en el punto que sirve de asiento al Acuario “Agustín Codazzi”.
En esos reservorios naturales nacen plantas acuáticas como enea, bora-bora, bambúes, riki-riki, casupo y cambur salvaje.  En dicha laguna hubo un servicio rudimentario de botes los cuales eran alquilados con fines turísticos.
Los fines de semana, un paseo en lancha por la laguna era el entretenimiento preferido de los nuevos habitantes de la zona y los novios furtivos, quienes iban al sitio. Anteriormente el 13 de febrero de 1927, Los Teques adquiere la capital del Estado y sus altos funcionarios, iniciaron el ensanchamiento de los caminos y pasan por Carrizal.
Luego, el 12 de enero de 1930, por disposición del Ejecutivo Regional, se iniciaron los trabajos de la carretera Los Teques-Carrizal y San Antonio-San Diego-Cortada del Guayabo. Posteriormente, bajo la administración de Pérez Jiménez, se inaugura el día 2 de diciembre de 1955, la carretera Panamericana, sector Caracas-Tejerías con variantes en San Antonio, Carrizal y Los Teques
Tren El Encanto
Luego, se realizo el tramo que partía desde la Estación de los Teques (Terminal frente al Tren del Encanto).  A un costado de allí estaba la Oficina Cafetera de don Eduardo Pérez , seguía por Cajigal, pasaba por la Matica y Vuelta de los Cochinos, seguía por Vuelta Larga, al frente de la hacienda que fue de Rosendo Bravo; pasaba por un costado de la Macarena y  Club Hípico y luego de muchas vueltas y curvas, llegaba a Corralito, en el sitio donde estuvo la pulpería de Bermúdez. Pasaba más adelante, por la entrada de Brisas de Oriente donde estaba (aun está) la venta de los famosos golfeados petareños, hoy golfeados de Los Teques, que posteriormente pasaron a ser de manufactura portuguesa, pero igual de sabrosos.