LOS ALTOS MIRANDINOS (IV)
A
los Altos Mirandinos se puede accesar por la Carretera Panamericana, la Vía del Embalse la
Mariposa, la Carretera San Diego - San Antonio, La Carretera Vieja Caracas -
Los Teques y la Autopista Regional del Centro vía Tejerías.
Se encuentra ubicada un
territorio de aproximadamente 7.950 km², los cuales cobijan a casi dos millones
y medio de habitantes. Esta región, junto con el Distrito Capital, conforman la
región Capital, la cual constituye el primer polo urbano, manufacturero,
financiero y comercial del país. Sus paisajes geográficos son de gran
diversidad, observando al norte del Estado Miranda el dominio de la cordillera
de la costa, hacia el este se extienden las tierras de Barlovento y hacia el
oeste se levantan las montañas de Los Teques.
La vegetación característica
es apreciada a través de tres categorías, las cuales son: bosques tropófitos
sub-húmedos mencionado anteriormente, bosques semideciduos y bosques medio
altos con alturas superiores de 3 m, este tipo de bosque se asemeja a la selva
tropical. Por su parte, en lo que respecta a las estaciones secas que contempla
esta región, los bosques son hostigados por quemas realizadas por los mismos
habitantes de la zona y son de tipo prácticas agrícolas. También hay presencia
de zonas exentas de vegetación para dar uso urbano.
La hidrografía de la zona se
encuentra representada por el río San Pedro, el cual es catalogado como el río
principal en esta zona, en sus cabeceras es limpio y frío y se encuentran
ubicadas en las zonas montañosas aproximadamente a 1700 m s.n.m. en el Parque
Macarao. Como río secundario de esta zona es el Río El Jarillo, este tiene sus
cabeceras ubicadas un poco más altas que las del Río San Pedro a 2200 m s.n.m.
en el cerro El Palmar. El Municipio Carrizal tiene la quebrada Santa María, la
quebrada La Rinconada y la quebrada Yagrumo como principales cursos de aguas.
El patrón de drenaje es de tipo dendrítico y pseudo- rectilíneo y las quebradas
se caracterizan por ser de márgenes estrechas y en forma de “V”. A su vez, se
observan saltos y cascadas producto de la topografía resaltante.
En cuanto al crecimiento y
desarrollo de los Altos Mirandinos, es necesario diferenciar entre dos tipos de
situaciones urbanas y sus condiciones: aquellas que conllevan al crecimiento de
una ciudad y aquellas que conllevan a su desarrollo. Pocas veces ambas
situaciones pueden considerarse como parte de un mismo proceso. El crecimiento
de las urbes se relaciona básicamente con el aumento de sus áreas urbanas y a
la densificación poblacional, es decir, mientras más se expande el perímetro
urbano de una ciudad y se eleva su tasa poblacional se entiende que esta está
creciendo, lo que aumenta también las necesidades y requerimientos de sus
residentes en todos los aspectos de su vida: vivienda, empleo, servicios
públicos, vialidad, transporte, servicios complementarios, etc., el crecimiento
puede no darse de forma equilibrada y sin un criterio urbanístico o plan de
progreso, por lo cual la urbe crece sin desarrollarse cónsonamente.
La acepción general para las
urbes alteñas, es que crecen sin seguir
un plan de desarrollo o un plan rector, que en el caso venezolano lo
representan los planes de ordenamiento territorial y los planes de ordenamiento
urbano. El desarrollo de las urbes se condiciona por diversos factores de tipo
social y natural, que deben manejarse con un criterio racional que permita el equilibrio
entre la disponibilidad de los recursos, los servicios procurados, el uso
adecuado de los espacios territoriales, el aumento de la tasa poblacional y la
expansión de los perímetros urbanos. Entre los factores sociales pueden
considerarse importantes catalizadores del crecimiento la disponibilidad de
viviendas y de empleos. Entre los factores naturales, las características
físicas y morfológicas del espacio territorial, los recursos disponibles y los
procesos dinámicos (también constituyen catalizadores del crecimiento), pueden
definir en conjunto el uso idóneo para cada espacio y las restricciones en el
uso de los mismos.