jueves, 16 de abril de 2015

Conociendo la historia del Estado Miranda

CONOCIENDO EL ESTADO MIRANDA



Fue en el año 1889 cuando apareció por primera vez  la designación de “Miranda” para un Estado de la República de Venezuela y ello ocurre porque al ser derrocada la autocracia guzmancista, la Legislatura del Estado Guzmán Blanco, que comprendía las secciones de Bolívar, Guzmán Blanco (Aragua), Guárico y Nueva Esparta, acuerda cambiar la denominación de esa entidad regional y sustituirla por el nombre de Gran Estado Miranda, para honrar así la memoria del Precursor de la Independencia. Esto ocurrió por Decreto del 19 de mayo de 1881, cuando el Presidente de la República, General Antonio Guzmán Blanco, organizó los Estados de Venezuela con sus respectivas capitales provisionales y Presidentes (lo que hoy llamamos Gobernadores).
            En 1891 la Constitución Nacional reconoció ésta decisión  y acordó que “...el Territorio del Estado Miranda comprenderá el de las antiguas provincias de Caracas, Aragua, Guárico y Margarita, y...la ciudad de La Victoria será la Capital del Estado…”; siete años más tarde, en 1898, las secciones de Caracas y Guárico recuperaron sus respectivas autonomías.
            En ese momento, el Estado Miranda estaba formado por un extenso territorio de 187.823 Km2 y con una población aproximada de 503.756 habitantes.
            El Presidente de la República, el 17 de diciembre del citado año de 1898, nombró Presidente Provisional del Estado Caracas al General Ramón Guerra, Presidente Provisional del Estado Guárico al General Ramón Guerra y Presidente Provisional del Estado Aragua-Margarita al General Antonio Fernández.  Las capitales de los nuevos Estados serían Petare, Calabozo y La Victoria, respectivamente.
            Al ser sancionada la nueva Constitución Nacional el 26 de marzo de 1901 muchos de los nuevos Estados cambian de nombre y entre ellos el Estado Caracas, al cual  denominaron Estado Miranda, con su capital Petare.  Tres años después, la Constitución Nacional de 1904, reduce el número el número de Estados a trece.  Allí figura el Estado Miranda, pero con una nueva capital: Ocumare del Tuy, y con la novedad de que dos de sus Departamentos, Guaicaipuro y Sucre, le fueron quitados y anexados al Distrito Federal.
            Ya en tiempos del General Juan Vicente Gómez, el 4 de agosto de 1909, se sanciona una nueva Constitución mediante la cual la nación vuelve a dividirse en veinte Estados.
            El Estado Miranda quedó estructurado con su territorialidad actual, anexándosele de nuevo los Distritos Guaicaipuro y Sucre.  Años más tarde en 1927, se acuerda trasladar la capital de Ocumare del Tuy a la ciudad de Los Teques.  En un ejemplar del diario caraqueño El Universal, de fecha 15 de enero de 1927, leemos la siguiente noticia:
            “En sesión extraordinaria y solemne del Concejo Municipal del Distrito Guaicaipuro, se dio cuenta ésta noche (14/1/1927) de las participaciones que el Presidente de la Asamblea Legislativa y el Secretario General de Gobierno de Miranda hacen a las autoridades civiles y municipales, de que ha sido sancionada la nueva Constitución que fija como Capital del Estado Miranda a la ciudad de Los Teques.
            Tan grata noticia fue recibida con tanto entusiasmo, que a los acordes de nuestro Himno Regional, en medio de un paseo cívico presidido por las autoridades locales acompañados de una numerosa concurrencia; al sonido y vistosidad de una profusión de fuegos artificiales, bajo el sonido de la Banda Bolívar del Estado, fue difundido el Boletín Oficial que contenía la complaciente información.
            El nombre del Benemérito Jefe del País, General Juan Vicente Gómez, a cuya voluntad y administración debe Los Teques su progreso y establecimiento actual,  y el del General José Vicente Gómez, Vicepresidente de la República e Inspector General del Ejército, digno eficaz colaborador del Jefe de Rehabilitación Nacional, son recordados con intensa gratitud en estos momentos de júbilo, así como hay también una referencia especial para el Presidente de este Estado, General José Rafael Luque y hacia nuestra primera autoridad civil General José Tomás Cabrices,  leal servidor de la causa de Diciembre.
            Actualmente se celebra en nuestra Plaza Bolívar una retreta extraordinaria, donde se ha dado cita lo más granado de nuestra sociedad, que junto con la ciudadanía y los poderes municipales, celebran el feliz suceso del pase de la capital del Estado Miranda, a ésta ciudad.


            

Entrevista al Sr. José Barbera

ENTREVISTA AL SR. JOSÉ BARBERA

En esta oportunidad tuvimos la oportunidad de conversar con el Sr. José Barbera y nos informó que nació en Macoruca, Estado Falcón, un caserío cercano a la Vela de Coro.  Desde muy temprana edad, a los 8 años, decidió irse del caserío escondido de sus padres y hermanos, dado que en el lugar no había donde estudiar y el progreso estaba muy distante.  Un buen samaritano, el Sr. Hilarión Peña lo amparó y le enseñó a leer y a escribir con un Libro Mantilla que costó “un real y cuartillo”, en la ciudad de Coro.
            A los 16 años se fue al cuartel con otros jóvenes que deseaban el progreso y se vinieron de esa ciudad a la capital en el gobierno del general López Contreras; el Comandante General del Ejército era Isaías Medina Angarita.  En el ejército duró tres años y medio; salió con la jerarquía de Sargento 2º y se unió a las Fuerzas Armadas de Cooperación, ubicada en La Quebradita, Caracas.  Allí logró el grado de Sargento 1º.  Lo enviaron de comandante a Churuguara, en el estado Falcón, posteriormente a Mérida y a muchos otros puestos.
            En una visita a su ciudad natal, conoció a Margarita Miquelena de quien se enamoró y con quien subsiguientemente se casó.
            Se mudaron a la zona central del país en el gobierno de Pérez Jiménez, cuando la mano de obra se hizo necesaria en la capital debido a las obras que se adelantaban.  Se residenció alquilado en La Bandera donde nació su primera hija.
            Se hizo necesaria una vivienda propia e intentó vivir en Charallave, Santa Teresa y Cúa y allí encontró a una   persona   quien   le    recomendó   los    Altos      Mirandinos para conseguir vivienda, por lo que procedió a trasladarse con su familia, en un jeep que tenía a estos predios.  El clima era nublado y en los caminos de tierra, el capin melao y el carrizo se hacían sentir.
            Al llegar a Los Malabares, observó una casa y una quebrada que pasaba por el frente, siguió quebrada arriba y vio un terreno que consideró le podía ser útil.  Al frente pasaba otra quebrada que venía de Barrio Bolívar y se encontraba con la de la Yerbabuena.  En el sector estaba la casa que pertenecía al señor Juan Lozano y decidió instalarse en esos campos.  Entre los animales silvestres; predominaba la guacharaca.

            Conoció al profesor Francisco Palacios en el ejército y un día lo encontró en Los Teques.  Se entrevistó con él y quedaron en verse en Carrizal, en la casa del prof. Palacios, ubicada donde hoy funciona la U.E. “José Manuel Álvarez”, en donde juntos comenzaron a luchar por el crecimiento educativo y cultural del municipio.  Hicieron posteriormente las diligencias pertinentes para la concesión de la Casa Municipal de la Cultura, a través de la Jefe Civil de Los Teques, a quien le manifestaron su inquietud y quien le entregó la orden del terreno para hacerla.  En dicho terreno había una casita pequeña en la cual el profesor Palacios empezó una escuelita y conjuntamente con el Sr. Barbera, Lina Luongo, Luisa Betancourt, comenzaron a trabajar.  Con los padres de los inscritos, hacían paseos para adquirir recursos para la construcción de una edificación.  La Jefatura también hacía un pequeño aporte para ello.  Lucharon mucho para la construcción del Ateneo de Carrizal hasta que lo lograron.

           Le solicitamos al Sr. Barbera que nos diera un mensaje para la juventud del municipio, y presto nos contestó: “Hay algo que está dañando mucho a la juventud y es la droga, hay que tomarle interés a esto ya que Carrizal siempre ha sido un pueblo sano.  No se sabe cómo y de qué manera llega la droga a los muchachos.  Me imagino que son elementos extraños que la traen y la dejan en la juventud.  Pero todos debemos trabajar para eliminar este mal”.