Doña
Juliana Aular de Castro, nació en Gavilán (Guareguare), hija de Carmen Barreto
de Aular (†) e
Ignacio Aular (†), de San Diego y Paracotos, respectivamente
quienes además de Doña Julia procrearon otros dos (02) hijos más de nombre
Pedro y Escolástico Aular.
A muy
temprana edad, doña Juliana llegó a estos lados, donde conoció al señor Pedro
Castro(†)
con quien posteriormente se casó y se mudó a la Parroquia El Valle de
Caracas. De dicha unión procrearon
cuatro (4) hijos.
Eran
tiempos difíciles en el país, lo presidía Wolfgang Larrazábal. La capital estaba muy convulsionada y decidió
con su esposo retornar a los Altos Mirandinos. Carrizal era el sitio
ideal. Esta pequeña población ya se
“estaba civilizando” y habían algunos sectores que eran ideales para la crianza
de los pequeños, por su tranquilidad y contacto con la naturaleza.
Las
montañas de Carrizal, les pareció el lugar perfecto para emprender esa nueva
vida aunque era un lugar de difícil acceso ya que era una montaña con una
“trocha” en la que había mucho pantano debido a la gran cantidad de pequeños
manantiales que bajaban a encontrarse con un pequeño riachuelo que desembocaba
en Santa María.
Las señoras María de Lourdes, Carmen
Teresa y Berta Emilia del Rosario Campagna Álvarez, propietarias de unas tierras
heredadas de sus padres, comenzaron a vender parte de sus propiedades a unos
ciudadanos que llegaron a carrizal, entre ellos: Doña Julia Castro, Vivián,
Pedro Aular, Félix Cartaya, José Pérez, los Quintana, los Ávila, los Pereira y
los Díaz.
Se
trataba de Las Aguaditas; el único camino era una trocha de tierra y los
vecinos comenzaron a agrandarla y convertirla en carretera de tierra; con las
diligencias de Doña Juliana en el año 77, la Gobernación del Estado
la pavimentó en concreto armado.
En el año 1985 la señora Juliana hizo diligencias
tendientes para conseguir dos (2) jepps de transporte público para que
trabajaran después de la inauguración de la carretera lo cual ocurrió en ese
año. El servicio atendería a aproximadamente 70 familias. Posteriormente comenzó a hacer las diligencias
pertinentes para el empotramiento de aguas negras.
Tras la muerte de un niño del barrio a quien
habían tenido que velar sin luz, doña Julia se comprometió con los habitantes
del lugar que haría lo necesario para conseguir el alumbrado público, razón
para que los habitantes la nombren presidenta de la Junta de Vecinos tanto de
Las Aguaditas junto al sector Gran Colombia, para ese entonces “Barrio Sin Ley”. A los 8 días llegó la noticia que a los dos
sectores les iban a poner electricidad.
Tras sus gestiones desde el año
1976, ante la
Compañía Anónima Electricidad de Venezuela (C.A.L.E.V.) y
ante el Concejo del Municipio Guaicaipuro, se logró para la comunidad,
dieciocho (18) postes para el alumbrado público.
Organizaba festivales para los
niños. Bajaba a Caracas y hacía
diligencias ante los entes públicos y privados y regresaba con bolsas de
juguetes para los niños de la comunidad.
Doña Julia tiene innumerables nietos
y ahijados en el municipio ya que le ha “echado el agua” a muchas más personas
en el municipio; es madrina de
confirmación de otros tantos.
En una oportunidad inició y ganó una
querella judicial ante la fábrica de aluminios “El Brillante”, quienes echaban a la quebrada desperdicios
químicos, lo que constituía un peligro inminente para todos los habitantes de
la comunidad. Con sus gestiones llegó hasta el Ministro del Ambiente para hacer
valer derechos de su comunidad.
Tiene muchos reconocimientos
otorgados por numerosas personalidades e instituciones públicas y privadas en
virtud a su abnegado trabajo socio-comunitario, podemos mencionar:
Diploma de Honor “Francisco José
Palacios”
Reconocimiento del Club de Leones de
Carrizal
Placa de la Junta Comunal del
Municipio Carrizal
Placa otorgada por la Comunidad “Las
Aguaditas”
Por su incansable trabajo social y
trabajo de altísima honradez y capacidad, Doña Juliana Aular de Castro forma
parte de nuestro boletín. ¡Larga Vida!
para Doña Julia.