...A
VECES TRATAMOS
MEJOR A LOS EXTRAÑOS…
MEJOR A LOS EXTRAÑOS…
Una señora, chocó con un extraño cuando
caminaba. Disculpe Ud., le dije y él le
dijo: “No, disculpe usted. No la miré
cuando venía! Ambos fueron muy
amables.
Continuaron su camino y se dijeron adiós. Pero al llegar a casa otra historia se
desarrolló. Esa misma tarde mientras la
señora cocinaba, su hija se paró muy firme por un lado sin que ella se diera
cuenta. Cuando se dio la vuelta casi la
tumbó. ¡Quítate de aquí porque me
estorbas! - le gritó. La niña se fue con
su corazoncito destrozado. Realmente la
señora no se percató de lo fuerte que le gritó.
Por la noche cuando se acostó, escuchó una voz muy baja que le decía: ¡Cuando hablaste con un extraño, fuiste
cortés, pero con la criatura que amas, te portaste grosera! ¡Mira en el piso de
la cocina y encontrarás unas flores cerca de la puerta! ¡Esas flores las
escogió tu hija especialmente para ti; la
niña se acercó silenciosamente para no arruinar la sorpresa. Pero tú ni te distes cuenta de las lágrimas
en sus ojos!.
La niña sonrió y dijo: ¡”Las encontré cerca de un árbol y
las recogí porque sabía que te gustarían, especialmente la azul.
¡Hija discúlpame por la forma en que te traté en la
tarde; no debí gritarte de esa forma!.
La niña contestó: ¡Mamá, no te preocupes; te quiero de
cualquier manera!
Tengamos en cuenta, cómo tratamos a los seres
queridos sin importar sus edades.
Notemos que si nos morimos el día de mañana, en la empresa donde
trabajamos nos pueden reemplazar fácilmente en un par de días: pero la familia
que dejemos, siempre sentirán nuestra pérdida por el resto de sus vidas y jamás
podrán reemplazarnos, y si lo pensamos un poco, invertimos más tiempo a nuestro
trabajo que a nuestras familias. Una inversión
no muy atinada por cierto.
También recordemos que nuestros hijos, a pesar de
ser niños o jóvenes merecen respeto y lo menos que pueden esperar de sus padres es AMOR Y PROTECCIÓN.
...Siempre es posible mejorar nuestra comunicación…
ANONIMO