23
DE ENERO DE 1958
Fueron muchas las esperanzas puestas en los gobiernos que dirigieron a
Venezuela después del 23 de enero de 1958: trabajo y tierra para el campesino,
apoyo para la pequeña y mediana industria, vivienda digna, auxilio a la clase
media y a la clase trabajadora, mejora a la educación y a la salud, ascenso
social, etc. Realmente se inició un
proceso unitario cuyos principios apuntaban en la dirección correcta. Sin embargo, con el devenir de los distintos
períodos gubernamentales, la situación fue empeorando y las promesas
democráticas fueron quedando relegadas.
Se permitió sin
límites, la invasión de los espacios verdes alrededor de los grandes centros
urbanos, creándose en estos cuarenta y cinco años, inmensos cordones marginales,
enormes cinturones de miseria, viveros de delincuentes de toda ralea,
prostitución, venta, tráfico y consumo de drogas, enfermedades venéreas de toda
índole, sida, pobreza crítica total y un sin fin de otros males.
Aún hoy esperamos que
el proceso de cambio iniciado, pueda desconcentrar las principales ciudades
del país y que se ataque la inseguridad; que se aplique la justicia a los
delincuentes sociales; que se inicie un gran movimiento con todos los
ciudadanos que quieran trabajar para sacar este país adelante. Hoy día, el 23 de enero sigue siendo una
esperanza.