LAS MINAS DE CARRIZAL
La actividad minera siempre estuvo en la mente de los conquistadores,
acicateada por un afán de lucro a toda costa y por una gran ambición de
riquezas por parte de la corona española. La leyenda de El Dorado siempre los
movía en esa dirección. El conquistador sabía de la existencia de minas de oro
a través de los collares y adornos que exhibían los indígenas.
Los mineros,
siempre en busca de oro, hurgaban en todos los lugares donde ubicaban minerales
de pirita y calcopirita (sulfuros de hierro). En las elevaciones de las
montañas de la costa, abundan sulfuros y polisulfuros.
Lo cierto es que
en los Altos Mirandinos, los españoles llegan a conseguir vetas de oro hacia la
Quebrada Santa María, Carrizal. La actividad se debe haber desarrollado en los
siglos XVII, XVIII Y XIX. Se conoce por la descripción de los lugareños, que hay
alrededor de 20 bocaminas, lo cual indica que hubo buena producción de oro. Lo
más probable es que estos túneles no se comuniquen entre sí ya que son de
escasos metros de longitud Hoy día, todas las bocaminas están tapadas por derrumbes.
En la Quebrada Santa María hubo un sitio de
molienda y pulverización de roca aurífera y en ese lugar, hoy, está ubicada una
pequeña finca vaquera propiedad de la familia Trujillo, lo cual señala que la
actividad minera fue importante.
Hay
que recordar que todos los minerales que se encuentran
por debajo de los dos metros de profundidad, pertenecen POR LEY al estado venezolano.
Las rocas que afloran en el lugar
corresponden a la formación Las Brisas y a la formación Las Mercedes, del grupo
Caracas, de edad mesozoica inferior y yacen sobre un basamento de origen paleoz6ico, denominado Complejo
de Sebastopol.
Bibliografía:
Léxico Estratigráfico
de Venezuela. 1960.
Conversaciones con los lugareños
Trabajos de Campo en el área
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