UN SABIO Y UN SANTO LLAMADO
SAN JUAN
Nuestro Señor Jesucristo dijo de
San Juan (El Bautista) quien lo bautizó en el Jordán, en el sitio denominado
Bethabara, que además de Santo y Sabio, “era el más grande profeta nacido de
mujer”. Juan El Bautista, Patrón y guía de los habitantes del Municipio
Carrizal, nació en Hebrón de Judea, hijo de Zacarías e Isabel (Isabel a la vez
era prima de la Santísima Virgen
María) seis meses antes de la natividad del Unigénito (Jesús de Nazareth) en un
establo de Belén de Judea, y debido al parentesco compartió sus años primeros
con algunos de los que después fueron Apóstoles de nuestro Señor.
De sus padres derivó enseñanzas
preliminares, y de la
Sinagoga , las máximas del alma y los ejemplos del ingenio en
provecho de la existencia de si mismo y de sus padres. Despuntando la juventud
hizo vida solitaria en el desierto, y luego, retornó para predicar la llegada
del Mesías, apoyada sus palabras inteligente con el bautismo en el Río Jordán.
En su práctica, afirman los libros sagrados y escritores cristianos, que estuvo
acompañado de Santiago, Andrés, Juan y Felipe,
amigos, discípulos y seguidores de JESUS EL SALVADOR, a poco de la degollación del Bautista por
orden de Herodes Antiphas.
San Juan Bautista, cuentan los
doctos en vida de “Los Santos”, que sus prédicas abarcaban la moralidad, las
tradiciones religiosas y la pureza de los sentimientos familiares y sociales.
Cuando Herodes Antiphas, casó con
Herodías, esposa de su hermano, San Juan el Bautista o San Juan Bautista, lo
condenó a los hornos infernales y le atribuyó el calificativo de Satán o la Bestia perversa de los
oscuros abismos de la infamia, motivo que condujo al tirano a privar de la
libertad al Profeta, y someterlo a las mazmorras de Maqueronte, de donde lo
sacó para perdonar sus ofensas, y las que profería contra Herodías y Salomé,
hijastra de Herodes, y a la vez sobrina, a la cual deseaba el déspota
apasionadamente. Libre por unos días, lo volvieron a encerrar, y a solicitudes
de Salomé, la hijastra y sobrina, lo decapitó, para recompensar “La danza de
los siete velos”, ejecutada con una “dulzura provocativa” en la fiesta de los
embajadores Sirios y Partos, el año veintiocho de nuestra era. El verdugo
depositó la “cabeza de la palabra condente y erudita” en una bandeja de palta,
y Herodes, la entregó la bailarina, acto criminal que redujo a un silencio
condenatorio a los príncipes tributarios de Persia y de Pertos, enviado
espaciales, más inclinados al lujo y los ricos banquetes, y al sexo de sus
herenes formados por bellísimas mujeres, que a los crímenes perversos a sangre
fría.
Los restos del santo y moralista,
primado del siglo primero de la era Cristiana, descansan en Samaria, en el
pueblo de Aretas, llevado a dicho lugar
por sus amigos y familiares.
El pueblo de Carrizal lo recibió
en calidad de Patrón y sus habitantes lo veneran, acatan en su alta
significación sagrada y lo llevara en sus corazones como la más bella prenda de
sus devociones.
POR: ANIBAL LAYDERA VILLALOBOS
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