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CRÓNICAS DE LAS COMUNIDADES
CARRIZAL EN LA HISTORIA (II)
En el año de 1560, de acuerdo a las crónicas, el mestizo Francisco Fajardo emprendió su primer intento de conquista de estas tierras, cegados por el mito del dorado, la abundancia de oro inician su incursión y tuvo tal suerte que encontró oro en la región invadida Sin
embargo no fue él quien lo explotó, sino el español Pedro de Miranda.
Guaicaipuro
enfrenta a Pedro de Miranda en las minas de oro y logra derrotarlo. Sin
embargo, los españoles insisten en su conquista y envían a Juan Rodríguez
Suárez a explotar las minas. Guaicaipuro les hace frente y los derrota en
varias oportunidades. En una de los últimos enfrentamientos Juan Rodríguez
Suárez muere combatiendo contra Guaicaipuro, quien se queda con su espada.
La naciones aborígenes se resisten a la invasión española y el gobernador de la
provincia de Venezuela, Ponce León, desde Puerto Rico, envía al Capitán Diego
de Losada en el año 1566 a
pacificar a los rebeldes. Guaicaipuro y Losada tienen el primer combate el 25
de marzo de 1567.
El 3
de abril de ese mismo año, en su viaje al valle de San Francisco Losada deja a
Diego de Parada en Macario con 25 hombres. Los indios teque, defendiendo su
territorio, se enfrentan a este grupo y muere Parada.
En su
despliegue de excelsa estrategia militar, Guaicaipuro asociado con las etnias tarma, quiriquires,
toromaínas, arahuacos, caracas y mariches para defender su territorio de los
invasores españoles montan una especie de batalla final y escogen como lugar de
unión a Maracapana, actual Caracas.
A
este sitio se encaminaron los tarmas y teque cuando se encontraron a un grupo
de españoles; se inició una batalla, lo que impidió a Guaicaipuro llegar a
tiempo a Macarapana.
Las
etnias allí reunidas, inquietas por la tardanza de Guaicaipuro, regresan a sus
respectivas tierras sin dar la batalla final.
Losada prepara una emboscada a Guaicaipuro
porque reconoce en él al líder de las regiones aborígenes. Y es así como en
1569 se produce el fin del gran Cacique.
Francisco
Infante y 80 hombres bien armados se
acercan al poblado de Guaicaipuro, conducidos por un indígena enemigo y
baquiano, con Sancho del Villar a la cabeza y rodean la choza del guerrero.
Guaicaipuro escucha un gran alboroto, se percata del humo y el fuego; su
carácter aguerrido le hace tomar su espada que era de Rodríguez Suárez, y sale
a enfrentar a los atacantes. En un momento de la lucha –dice la leyenda- Guaicaipuro grita en
dialecto caribe” ¡Yo soy Guaicaipuro, quién nunca tuvo miedo; aquí me tienen,
mátenme, para que con mi muerte se liberen del temor que siempre les he
causado!”. Luego de una lucha desigual: armas de fuego contra flechas, lanzas y
macanas, muere Guaicaipuro en mano de los españoles.
Después
de su muerte, las tierras fueron repartidas en encomiendas. Una encomienda es
la repartición de tierras con aborígenes para ser utilizados como esclavos de
los españoles, obligados a trabajar para otros las tierras que les habían
pertenecido.
La
nación teque fue desmantelada entre siete encomenderos: Pedro, Matheos, Marcos
Gamez de Cascajales, Agustín de Ascona, Francisco Román, Hernando de la Cerda , Francisco Maldonado y
Francisco Maestre.
Para
1686 comienza a formarse un caserío en el área
de Carrizal, por un grupo de españoles de las Islas Canarias, que de
Caracas van hacia Los Altos Mirandinos y se reparten entre los pueblos de San
Antonio, San Diego y Carrizal. Los indígenas que quedan en esta zona
(encomendados) son aprovechados para que el español construya sus casas y
trabaje las tierras cedidas por el gobernador de la provincia de Caracas.
Los
fundadores del pueblo se esfuerzan en construir una capilla para adorar a Dios,
a la Virgen , a
los Santos y adoctrinar allí a los encomendados. El Obispo Mariano Martí en una
visita pastoral en año de 1772, la describe como una capilla de altar pequeño
con paredes de bahareque y techo de tejas. El obispo atendía esta iglesia y
vivía en San Diego, el pueblo más importante de la zona en ese momento.
En el
año 1777, el obispo Martí la autoriza a formar parte del nuevo curato de San
Felipe Neri de Los Teques a los fieles de Carrizal. En este mismo año el obispo
Martí cuenta unas 35 familias que viven alrededor de la capilla y por los
campos sembrados otras 70 familias más.
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