Qué le sucede al fumador luego de algunos
años:
Le sobreviene dificultad respiratoria, asma, tos persistente, obstrucción
de los alvéolos pulmonares, mucosidad abundante con nicotina de olor
nauseabundo, enfisema y riesgo de cáncer del pulmón, tráquea, esófago,
estómago, huesos, paladar, fosas nasales, oído, mamas, labios y dedos;
arteriosclerosis, infarto al corazón, pulmones, cerebro y músculos; bursitis,
trombosis, flebitis, otitis y gastritis, entre otras.
Cuando recordamos a los fumadores el mal que se hacen y que hacen a
quienes los rodean, responden sin mucho pesar: “…de algo nos vamos a
morir…”.
Eso es verdad. Sólo que los
fumadores no se mueren de un solo golpe.
Agonizan durante años y con ellos sus familiares y amigos, quienes en un
inútil esfuerzo de proporcionarles un poco más de vida, gastan lo que tienen y
lo que no tienen, pero lo que se hace es alargar la agonía del paciente. Algo sado-masoquista. ¿No cree usted?
Por su vida y la de los que le rodean ¡Haga un esfuerzo, deje de fumar!
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