DÍA DE CARRIZAL
Las altas autoridades del
Municipio Carrizal, atentas al valor ancestral y a las directrices del Índice
del pasado y del presente, fundamentaron la creación del DÍA DE LA CIUDAD DE
CARRIZAL en cinco razones específicas
y concretas, que nos permitimos entregar al dominio de los vecinos allende y aquende: el Decreto
Arzobispal creador de la Parroquia de San Juan Bautista, contiene la fecha
17 de Abril de 1826, la más oportuna ocasión cristiana para reconocer las exterioridades,
perseverancias y esfuerzos productores de una comunidad que de uno o dos
pisatarios, entre los años 1689 al 1694, lenta y a pulso continuado,
alcanzó para el momento de la erección parroquial, aproximadamente 700 habitantes en todo el territorio
que le dispensó el entonces Arzobispo Narciso Coll y Prat, un poco menos del que en la actualidad abarca y donde moren para esta hora y año
unos 70.000 pobladores; entre el veintisiete de abril de mil ochocientos once
al final de mismo, don Silvestre Crespo,
natural de Los Teques y don Dionisio González, nativo de Carrizal, en calidad de baquianos (peritos) rindieron al
Arzobispo, y unos días después el presbítero
José Antonio Rolo,
acompañado de los prácticos fijó los linderos de la misma manera que
sigue: “De las adjuntas de los ríos Los
Teques y Carrizal, por línea recta hacia el sur, por el sitio que llaman La Peñita , que se halla en el
camino del pueblo de Los Teques a Carrizal a buscar el picado Santa Maria y por
la misma línea hasta la quebrada de El Tambor, de aquí corriendo al naciente
por la dicha quebrada del Tambor y atravesando la de Paracotos a
buscar siempre al naciente el Alto de
Guareguarito. De aquí corriendo al norte por el Picacho de Guareguare a buscar la boca de la quebrada
Honda, y siguiendo siempre derecho al norte por el Alto que llaman de la
puerta hasta el Alto de Caricuao y de
este punto, corre al poniente a buscar el
lugar de Peña Redonda, y por la misma línea a las adjuntas de los ríos de Los
Teques y El Carrizal” en el curso de los más recios y bravos tiempos de sequía
(febrero y abril) en los Altos Mirandinos, un 85% de la geografía del Municipio
conserva sus bosques reverdecidos en medio de los fuertes calores tropicales, y
muy contadas manchas de las tradicionales quemas de gamelotales en cuestas y topos contiguos y distantes de la vía panamericana que le ha
favorecido para nuevos y bien normados
doblamientos (tanto el norte como el sur del
Municipio Carrizal han recibido
el tratamiento ecológico favorable, tanto de autoridades y moradores,
unidos en un haz conservacionista
digno de los mejores aplausos y
estímulos); reducidos a 9 Provincias (Estados); Carrizal resulto beneficiado por la denominada revolución de abril, al recibir
la categoría de Municipio dentro del Cantón Guaicaipuro que había sido electo 17-03-1853,
suceso ocurrido el tres (3) de enero de 1891 de conformidad con la Constitución del Gran
Estado Miranda, refrendada en La Victoria, su capital el 14 del mismo mes y
año.
Vale recordar que el primer censo nacional de población
tuvo lugar en 1873, el segundo en 1881 y el tercero durante el gobierno del Dr.
Raimundo Andueza Palacio, en 1891, época
en que contaba 186 casas y 1.067 habitantes (ver Diccionario del Estado
Miranda, de Velasco Macpherson, edición
facsimilar, pp. 88-136 y 137; a partir de la creación del primer Estado
Miranda (Caracas, Aragua, Guárico y Nueva Esparta ) avanzó lentamente su crecimiento poblacional que debilitaban Caracas
y los Teques, polos del pujante desarrollo de entonces. Pero rebajado de
categoría en 1978 de conformidad con lo pautado en la Ley Orgánica de Régimen
Municipal y su Reglamento Parcial, G.O número 2.297, sus residentes en una
actividad nunca reconocida en su plenitud, alcanzaron en 1989 su recuperación, y el hoy flamante MUNICIPIO CARRIZAL, nos ofrece un desarrollo
incontenible e indiscutible; para dar término al recuento e historial que refuerza el Día
de Carrizal , nada más junto que evocar las
hazañas de su principal de
Guaicaipuro y valiente Cacique:
(Epoima (Epoyma u Opayma) amigo, aliado
y señor de sus montañas y bajumbales, dueño de la caza, de la niebla del trinal
de las aves, del acecho de los oficios, y del silencioso trajín de arácnidos y
muchos peligrosos insectos. Dueño, en
fin de las hermosas guarichas y marido de Maguaray, preciosa joya femenina de los bajos de Aracajaro, tierra de Turuma, en los linderos de Guaquira o río Paracotos (Maitana). Vencido el
Adalid Alteño, mantuvo la lucha hasta lograr la paz con su encomendero el
capitán Francisco Román; lo sucedió en el mando su hijo Paneme, en los días en
que nuevos repartimientos le cedieron los derechos de sus bosques y montañas a
Andrés González y Francisco de la
Peña.
Por: Aníbal Laydera Villalobos
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