miércoles, 27 de mayo de 2015

Navidad en Carrizal

NAVIDAD EN CARRIZAL


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En Carrizal, como en toda Venezuela, y el mundo cristiano, hay tonalidades de índole económico-religioso-tradicional (espiritual) y culinaria que matizan el ambiente navideño: entrada económicas extras, misas de aguinaldo y misas de noche buena y de año nuevo, y las bebidas y comidas tradicionales. En esta ocasión hablaremos de dos maneras peculiares en lo relativo a nuestras comunidades carrizalenses o carrizaleñas: una, la hallaca y la otra, el nacimiento o pesebre.
La hallaca, plato decembrino infaltable en las mesas de los ricos y los pobres, y muy aceptada por los extraños de otras nacionalidades, ocupa lugar de honor en las vísperas de la natividad del señor; en la despedida del año viejo, y en la adoración de los magos o reyes magos, seis de enero del año nuevo. valga la oportunidad para exponer algo relativo a la ortografía, y por tanto del grato pastel o manjar; para Adolf Ernst, la palabra viene del guaraní Ayuaca, que significa mezclar, revoltijo, o sea cosa mezclada o revuelta. La real academia de la lengua, escribe ayaca, pero generalmente, se utiliza en Venezuela para nombrar dicha comida, el sonido o fonema hallaca. ya nuestros aborígenes, sembradores de maíz, la consumían en revoltijo, en forma de bollo, y los invasores, primero, y después los colonizadores le añadieron otros ingredientes y dieron estilo de empanada, extendiendo sobre una capa de masa el denominado guiso. Realmente no hay otro origen, y por tanto es netamente venezolana.
Hasta los inicios del presente siglo algunos carrizalenses (carrizaleños) cantaban: establo pobre y sencillo, donde nació el redentor/ hoy todos te recordamos/ con cariño y con amor/ establo de hogar humilde/ con escaso decorado/ es una muestra sincera/ para el niño iluminado/establo de los creyentes/ de la religión cristiana/ el sacerdote en la iglesia/una oración nos reclama. Muchas cosas importantes y curiosas, podríamos recordar de las navidades de carrizal, pero lo haremos en otra entrega.


por: Anibal Laydera Villalobos

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