DÍA DE LA FAMILIA
La vida en familia es crucial para la formación de nuestra personalidad.
La experiencia que ahí adquirimos sirve para definir lo que esperamos de otros;
cómo establecer relaciones con las personas que comparten nuestro mismo
espacio; qué habilidades necesitamos para responder a los retos que la vida nos
presenta, así como cuáles características de nuestra personalidad serán
consideradas valiosas y cuáles no. La manera como nos desenvolvemos dentro de
la familia nos ayudará también a definir los sentimientos que la sociedad
considera apropiado expresar, las necesidades psicológicas que esperamos
satisfacer y las que permanecerán desatendidas.
De nuestra convivencia en la célula aprenderemos a manejar conceptos como
confianza, respecto, autoestima, cooperación y compromiso. Nuestra familia
moldea la visión que tenemos de nosotros mismos y de los otros. Hay quienes
vamos por la vida esperando que los demás nos traten como nuestra familia lo
hace, mientras otros buscan desquitar con extraños los malos tratos que
recibieron en casa.
La familia no está limitada al núcleo formado por padres y hermanos. Los
abuelos, los tíos, los primos y los amigos más cercanos son parte integral de
lo que llamamos familia extensa.
Y
más aún, todos los venezolanos somos una gran familia; al margen de cualquier de cualquier discrepancia en el orden moral y
espiritual; de cualquier discusión de corte político, debemos poner a nuestro
país y nuestra fraternidad por encima de toda problemática.
Trabajemos
como hermanos que somos de la gran familia venezolana y entonces podremos
afirmar que sí es posible convivir en respeto mutuo. Convivir, compartir, tolerar, respetar entender,
cohabitar y ayudar son verbos conjugables en nuestra querida patria y familia.
Hacia ellas tenemos que dirigir TODOS nuestros esfuerzos, ya que de eso se trata:
construir, trabajar, producir, crear, mejorar.
¡Eso es
familiaridad!
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