lunes, 29 de septiembre de 2014

Bol. 13 / Mar. ´03. Carnavales

     Las teorรญas sobre el nacimiento del carnaval son muchas y muy variadas. Los defensores de la tradiciรณn mรกs antigua lo sitรบan en la mitologรญa egipcia y lo relacionan con el ciclo que versaba sobre los placeres entre Isis y Osiris.
Otros seรฑalan su origen en las fiestas griegas que se celebraban en honor a Dionisos: corrobora รฉsta teorรญa el hecho de que el rey Momo, el rey de la Burla, fue expulsado del Olimpo por sus sarcasmos.  Pero la mayorรญa atribuye al carnaval un origen romano. Tambiรฉn se puede relacionar el carnaval con las Bacanalias, fiestas en honor de Baco (dios pagano de las bebidas alcohรณlicas), en las que los partรญcipes se entregaban a orgรญas desenfrenadas que llegaron a ser extremadamente escandalosas.
 En fin, el carnaval es un verdadero desenfreno que en ciudades como New Orleans, Rรญo de Janeiro y otras ciudades, se conservan todavรญa hoy en esa esencia para olvidarse por completo de todos los prejuicios y problemas que dominan nuestra vida.
¿Cรณmo es posible tener un carnaval aristรณcrata en una sociedad como la americana y un carnaval igualitario en el Brasil?" 
La respuesta se apoya en la teorรญa de que siendo el carnaval un espacio socialmente controlado, es posible invertir los tรฉrminos de la vida cotidiana en el cual se permite la transformaciรณn de empleados domรฉsticos en reyes, de nobles en plebeyos, mujeres en hombres y viceversa.   

De esta forma, el carnaval transforma lo cotidiano, lo pone “cabeza abajo.  A esta actividad se le ha encontrado provecho turรญstico, tal como ocurre en las mencionadas ciudades.

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