HACIA LA CONSOLIDACIÓN
DE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
Ahora sí y no por ahora sino por siempre, todos sin
excepción y sin vacilaciones de ningún tipo debemos contribuir con nuestra
participación activa, inteligente e imponente a respaldar el proceso de cambio
que se vive en Venezuela.
Quienes hoy
representan a los que ayer truncaron el proyecto democrático de nuestro
libertador Simón Bolívar, no sólo no tienen razón sino que además ostentan el
nada honroso record de condenar a la miseria a un país como Venezuela que lo
tuvo todo para plenar de felicidad a todos sus
ciudadanos.
Quienes
acabaron con las empresas del estado,
quienes quebraron el Seguro Social, quienes privatizaron la salud pública,
quienes acabaron con la educación gratuita y quienes saquearon los organismos
financieros públicos y privados (recuerden los casos del Banco Latino, del
Banco de Los Trabajadores, Banco de Comercio, Banco Nacional de Descuento,
Corpoindustria, Corporación Venezolana de Fomento y otros), pretenden hoy, en
su desesperación por conservar el poder, acabar con PDVSA. No importa como y
que ello sea a costa del ya reiterado sacrificio de los más pobres.
A
quienes todavía dudan de que lado está
la violencia, les recordamos las andanzas del dictador Carmona Estanga, la extraña y como
enfermiza actitud de los alcaldes de Baruta y Chacao (asumiendo con saña el
allanamiento de la residencia de militantes revolucionarios), el terrorismo
saboteador de la nómina mayor de PDVSA, la criminal actividad de Alfredo Peña y
la Peñapol y muy recientemente las acciones terroristas de la coordinadora de
oposición en San Antonio de Los Altos.
Por
ningún concepto debemos caer en provocaciones; la popularmente conocida
“oposición tapa amarilla” ante la ya evidente derrota no pararan en desarrollar
acciones para pretender generar el caos. En tal sentido, la consigna debe ser prestarles
atención, estar alertas y contribuir con el Poder Judicial para que aplique el
rigor de la ley y ejerza la autoridad sin contemplaciones de ningún tipo.
En un
momento preñado de buenos augurios para evolucionar hacia mejores formas de
convivencia social, exigimos activar todos los mecanismos de participación
ciudadana para contrarrestar la desesperación (ante la inminente derrota) de
los “filibusteros” de la política nacional e internacional y así poder
consolidar definitivamente el proceso de cambio.
José R. Guzmán A. Carmen A. Meleán
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