lunes, 29 de septiembre de 2014

Bol. 13 / Mar. ´03. Opinión.

HACIA LA CONSOLIDACIÓN
DE LA DEMOCRACIA PARTICIPATIVA



            Ahora sí y no por ahora sino por siempre, todos sin excepción y sin vacilaciones de ningún tipo debemos contribuir con nuestra participación activa, inteligente e imponente a respaldar el proceso de cambio que se vive en Venezuela.      
Quienes hoy representan a los que ayer truncaron el proyecto democrático de nuestro libertador Simón Bolívar, no sólo no tienen razón sino que además ostentan el nada honroso record de condenar a la miseria a un país como Venezuela que lo tuvo todo para plenar de felicidad a todos sus  ciudadanos.
Quienes acabaron  con las empresas del estado, quienes quebraron el Seguro Social, quienes privatizaron la salud pública, quienes acabaron con la educación gratuita y quienes saquearon los organismos financieros públicos y privados (recuerden los casos del Banco Latino, del Banco de Los Trabajadores, Banco de Comercio, Banco Nacional de Descuento, Corpoindustria, Corporación Venezolana de Fomento y otros), pretenden hoy, en su desesperación por conservar el poder, acabar con PDVSA. No importa como y que ello sea a costa del ya reiterado sacrificio de los más pobres.
A quienes  todavía dudan de que lado está la violencia, les recordamos las andanzas del  dictador Carmona Estanga, la extraña y como enfermiza actitud de los alcaldes de Baruta y Chacao (asumiendo con saña el allanamiento de la residencia de militantes revolucionarios), el terrorismo saboteador de la nómina mayor de PDVSA, la criminal actividad de Alfredo Peña y la Peñapol y muy recientemente las acciones terroristas de la coordinadora de oposición en San Antonio de Los Altos.
Por ningún concepto debemos caer en provocaciones; la popularmente conocida “oposición tapa amarilla” ante la ya evidente derrota no pararan en desarrollar acciones para pretender generar el caos. En tal sentido, la consigna debe ser prestarles atención, estar alertas y contribuir con el Poder Judicial para que aplique el rigor de la ley y ejerza la autoridad sin contemplaciones de ningún tipo.
En un momento preñado de buenos augurios para evolucionar hacia mejores formas de convivencia social, exigimos activar todos los mecanismos de participación ciudadana para contrarrestar la desesperación (ante la inminente derrota) de los “filibusteros” de la política nacional e internacional y así poder consolidar definitivamente el proceso de cambio.



José R. Guzmán A.                                                                                               Carmen A. Meleán     

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