EL AMOR, GÉNESIS DE LA VIDA
Enrique Gil Albornoz
Definir el amor no es algo sencillo; cada cual lo
siente a su manera y formula su propia concepción. La suma de ellas –todas razonables-
constituye la complejidad de tan natural sentimiento. Por lo cual, más interesante que definirlo,
es vivirlo, con plena libertad, sin orgullos ni intereses distintos, sin
falsedades ni egoísmos, sin reservas ni temores, que suelen entorpecer una
buena relación, como si el amor fuera un signo de debilidad; todo lo contrario,
mientras más capacidad de amar tenemos, más fuertes somos, porque estamos
comunicando la energía más poderosa de la vida. Y si la compartimos, es porque
la tenemos. Ninguno da lo que no tiene.
Débil es aquél que no ama con la suficiente integridad y espontaneidad.
Amar
a quien no se debe, puede ser reprobable, pero no es un pecado ni un
delito. Ni culpa ni castigo. Es, simplemente, amor. Y el amor es autónomo, como latidos de
nuestro corazón, que no late porque nosotros lo mandamos. Él anda o se detiene,
si le place. Pero sin él, no hay
vida. Así es el amor. No somos culpables por amar, pero… ¿Podríamos
serlo, por no amar?... El amor está en todas las esferas afectivas del quehacer
humano. Nos mueve y nos conmueve como
energía divina que escapa al dominio de nuestras posibilidades humanas. “Dios es amor” ¿Podemos controlar a Dios?...
¡Cuántas veces queremos amar, y no podemos!... ¡Cuántas veces no queremos amor,
pero ya amamos!...
La
psicología conductista dice que el amor es un aprendizaje. Mas no sé por qué se me ocurre pensar, que el
amor, como la inteligencia son innatos.
Nacemos dotados de nuestra particular organización orgánica, para ser
inteligentes, y de desarrollar esas aptitudes.
Desde que nacemos, somos inteligentes y lo demostramos. Y de inmediato, empezamos a amar, a necesitar
al otro. No ha habido tiempo ni modelos,
para aprender.
Erich From dice que, “cuando una persona ama
a otra, se ofrece a sí misma en lo más valioso que tiene: su vida. Y dar la vida, no significa necesariamente
morir por la otra persona, sino dar lo que está vivo en ella” su alegría, su
humor, su tristeza, sus sentimientos, con toda la emoción que vibra en ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario