TÍTULO II
SAN JUAN EL BAUTISTA
San Lucas narra en su evangelio
que María, luego de la anunciación por parte del Ángel Gabriel, fue a visitar a
Isabel su prima, quien también estaba gestando y se encontraba ya en el sexto
mes. Fue
relativamente sencillo para San Juan el Bautista establecer los seis meses
previos al nacimiento de El Mesías, lo cual ocurriría al rededor del 24 de
diciembre. San Juan lo sabía, era el precursor de El Mesías llamado Jesús. La Sagrada Escritura
dice que Juan el Bautista es el precursor de Jesús. Y como sumo sacerdote en la época del Nuevo
Testamento, el pasó mediante el bautismo todos los pecados del mundo a Jesús. De la infancia de San Juan nada sabemos. Tal
vez, siendo aún un muchacho y huérfano de padres, huyó al desierto lleno del
Espíritu de Dios porque el contacto con la naturaleza le acercaba más a su
misión. Vivió toda su juventud dedicado nada más a la penitencia y a la
oración. Se estaba preparando para el momento supremo del bautizo del Cordero
de Dios.
Como vestido sólo llevaba una piel de
camello, y como alimento, aquello que la Providencia pusiera a su alcance: frutas
silvestres, raíces, y principalmente langostas y miel silvestre. Solamente le
preocupaba el Reino de Dios. ¿Por
qué Juan vivió sólo en el desierto, vistiendo pieles de camello? Para asumir el
alto sacerdocio y como el representante del ser humano, Juan el Bautista debía
prepararse debidamente. Juan el Bautista pasó los pecados del mundo a Jesús
para nuestra salvación. San Juan Bautista es especial dentro del santoral
católico. Lo
paradójico del asunto es que el 24 de junio se celebra la fecha del nacimiento
del Bautista, que en realidad no debería festejarse porque a los Santos siempre
se le recuerda el día de su muerte. San Agustín hace la
observación de que la Iglesia
celebra la fiesta de los santos en el día de su muerte, pero que en el caso de
San Juan Bautista, hace una excepción y le conmemora el día de su nacimiento, porque
fue santificado en el vientre de su madre. La vida de san Juan Bautista
está llena de enseñanzas prácticas que no caducan con el paso del tiempo. Desde
su nacimiento hasta su muerte, la trayectoria de Juan es ejemplar y hoy, dos
lecciones de vida resuenan con especial fuerza: su valentía y humildad. Incluso, de él, el propio Jesús dijo: “…Entre
los nacidos de mujer, nadie ha sido mayor que Juan el Bautista…”
El nombre Juan
procede del hebreo Yo-hasnam, que significa Dios con nosotros. Otra
etimología cercana es Jo-hanan y jo-hannes, que significa Dios está a favor mío.
Por todo lo
expuesto, la noche del 24 de junio es la
noche de San Juan, con lo cual se heredaron una serie de prácticas, ritos,
tradiciones y costumbres cuyos orígenes se encuentran en Europa y desde allá
llegaron a América.
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