TÍTULO III
SAN JUAN BAUTISTA, SANTO DE LA ESPERANZA
“San Juan tó’ lo tiene, San Juan tó’
lo da”
Así comienza el
canto surgido de la negritud maltratada por el conquistador europeo, de lo más
hondo de su corazón, su anhelo de amor y libertad. La imagen de un santo negro,
bonachón y parrandero nace, pues, de ese sueño.
Se identifica con sus dolores, con su angustia y con su esperanza.
Es el santo más
popular. Todos los pueblos del centro y
la costa del país, rinden culto al santo a través de sus manifestaciones
folklóricas y religiosas. Desde Barlovento hasta Turiamo, Patanemo, Palma Sola,
en muchas partes de los estados Aragua, Miranda, Carabobo, Yaracuy y el
Distrito Capital, homenajean al santo durante uno o varios días
consecutivos. En general, en la víspera
del 24 de junio se celebran oficios religiosos en la noche, al amanecer y en el
día 24. Cuando se realizan fiestas patronales estas duran una semana y se tocan
tambores acompañados de distintos instrumentos de percusión, tales como mina,
culo e´puya, tambor mayor, cumacos, curbetas o curbatas, charrascas y maracas,
entre otros.

-¡San Juan!,
¡San Juan!, dame milcao
yo te daré
pan.
ó:
Ay, ay, ay,
ay!
Que también San Juan Bautista
con regocijo y esmero
de cuelga te dio un cordero
presentándolo a tu vista.
Que también San Juan Bautista
con regocijo y esmero
de cuelga te dio un cordero
presentándolo a tu vista.
Por ser hoy día de tu Santo,
con prósperas alegrías
a tus puertas vengo a dar
vísperas, noches y días.
¡Ay, ay, ay, ay!
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