TÍTULO V
SAN JUAN BAUTISTA DE CARRIZAL
Carrizal cuando
fue elevada a la categoría de Parroquia Eclesiástica el 17 de febrero de 1826,
recibió el nombre de San Juan Bautista, invocando así el nombre del santo en
quien los esclavos y feligreses entregaban sus anhelos. El informe del Provisor y Vicario del Arzobispado
debió ser de la mejor defensa a favor de la tan anhelada parroquia, tanto que
la respuesta de la jerarquía superior fue positiva. Previamente cuántas veces tal petición fue denegada.
Hoy Carrizal, en
el estado Miranda rinde, una vez más, culto a su Santo Patrono a través de
manifestaciones de fe, actos culturales y
educativos, trabajos folklóricos,
actividades históricas, todas de identidad regional, típicas de nuestro estado.
Como sabemos la
historia de Carrizal esta pletórica de
pasajes e historias que reflejan las luchas de sus fundadores de origen
isleño, ayudados luego por esclavos
negros e indígenas en su afán de construir una ciudad en estos parajes de
apetecido clima y abundantes manantiales. Previamente, estas tierras habían
visto las hazañas titánicas de ese gigante indígena de la libertad: Guaicaipuro
junto a Chacao, Paramaconi, Epoima, Baruta, toda la familia Acaguáima, en su
lucha sin cuartel para detener al invasor. Podemos decir con Rubenángel
Hurtado:
Piernas
de araguaney, pecho de mangle
Brazos
de bosque antiguo
Tu
rostro de tabaco y de metales
Sacudía
relámpagos de vidrio
Flecha
y arco y el grito
delgado
de tu flecha silenciosa
Flecha
y arco midiendo territorios
Cobrando
y recobrando tierra y sueños
Flecha
y arco y el odio
lamiéndote las huellas y
el miedo
Llenaron
la epidermis de tu suelo
Fueron más de
cuarenta años de intensas batallas para evitar que el conquistador llegara. Aun
resuenan en las innumerables cuevas del
indio los gritos de Epoima y sus valientes durante el rescate de Uquira, de la
mano vil y lasciva del invasor asombrado ante su belleza exótica. Más de un
episodio ocurrió en que las irrisorias fundaciones de poblados fueran
arrasadas. Muchas de esas luchas se libraron acá. Muy cerca de Carrizal queda
Suruapo lugar del asentamiento del líder. Por supuesto que la superioridad de
las armas y las enfermedades para las
cuales no se habían generado anticuerpos pudieron mas, junto a la maldad del
invasor, que sin escrúpulos envenenaba las aguas de beber. Se cuenta que los europeos se percataron de las
enfermedades nuevas en los indígenas y, perversamente, colocaban en las
quebradas y bebederos prendas de vestir curtidas de uso casi permanente. Nuevas
cepas de virus y bacterias se sembraban.
Sin saberlo, habían inventado la guerra bacteriológica.
Es bien sabida la existencia de oro en estas
empinadas colinas. Los españoles
explotaron las minas de oro del área de
la quebrada Santa María hasta bien entrado el siglo 19. Se dice que el realista
Monteverde logro extraer gran cantidad del metal, el cual escondió antes de ser derrotado
definitivamente.
Por su lado las
luchas de sus habitantes para lograr una parroquia eclesiástica mantuvieron en
vilo a varias generaciones. Siempre fueron rechazadas sus solicitudes. El argumento
utilizado era siempre el mismo: “son muy pobres, no tienen ni con que pagarle a un sacerdote”. Un hecho de gran
importancia ocurre cuando don José Manuel Álvarez en abril de l827 dona una
enorme extensión de terreno para la producción agrícola y pecuaria. La única condición que puso era que con las
ganancias generadas se construyera una escuela y se pagara el maestro. Mayor
acto de altruismo. Por eso Don José Manuel Álvarez pasó a la historia de
Carrizal como su gran filántropo. No quería Don José Manuel que los
niños de Carrizal crecieran sin
instruirse y sin recibir las enseñanzas
cristianas mínimas.
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