CRÓNICAS
DE LAS COMUNDADES
CARRIZAL
EN LA HISTORIA
(IX)
Para
la creación de la parroquia de Carrizal, se tomaron diversas porciones de las
parroquias colindantes. La que perdió
más terreno y habitantes fue la de los Teques.
Para la fijación de linderos, se siguieron las mismas indicaciones
formuladas en 1811: “...De las adjuntas de los ríos de Los Teques y Carrizal
por línea recta hacia el sur por el sitio que llaman La Peñita que se halla en el
camino de pueblo de Los Teques a Carrizal a buscar el picacho de Santa María;
por la misma línea hasta la
Quebrada del Tambor.
De aquí corriendo al Naciente por dicha Quebrada del Tambor; de allí
atravesando la de Paracotos para buscar siempre al Naciente el Alto de
Guareguarito.
De
allí corriente al Norte por el picacho de Guareguare a buscar la boca de la Quebrada Honda y
siguiendo siempre derecho al Norte por el Alto que llaman de la Puerta hasta el Alto de
Caricuao y de este punto corre al Poniente a buscar el lugar de Piedra Redonda
y por la misma línea de las adjuntas de los ríos de los Teques y El Carrizal…”.
Éste
terreno así deslindado, le habían dado los peritos una cabida de legua y tres
cuartos de Naciente a Poniente y tres leguas largas de Norte a sur.
Se
solicitó el nombramiento del presbítero José de los Ángeles Pérez, como cura de
la nueva parroquia. El padre Pérez se enferma de cuidado y en su lugar es
propuesto el presbítero José Antonio Yánez.
Sin embargo, se llega a restablecer y el 24 de enero de 1827 es nombrado
el padre Pérez, párroco de Carrizal.
Carrizal al igual que los otros pueblos de los Altos,
comienza con una vecindad dispersa, arraigada allí en aquellos lomajes; en los
pequeños valles y vertientes que poco a poco se asientan.
Tienen
una pequeña capilla, tienen su cura y su alcalde, por lo tanto aspiran a ser
pueblo. Como viven en aquellas tierras
ajenas y su título es precario, tratan de adquirir un pedazo de tierra para el
pueblo, tal como lo decía una escritura realizada el 9 de febrero de 1825,
realizada por los habitantes del pueblo de Carrizal, pero ésta compra nunca
llegaron a realizarla.
Don
José Manuel Álvarez, nacido y vecino de Carrizal, había sido mayordomo de los
Madríz. Ya independiente por su esfuerzo
y economía, adquirió de doña Rosalía Madríz el día 11 de noviembre de 1823, los
derechos que ésta tenía en las tierras de Los Teques y Carrizal. Esta parte equivalía a 2.200 fanegadas, pero
fijó su derecho en Carrizal, con límites que iban desde Guareguare, lindando
con San Diego; la quebrada de las Vueltas para salir al camino real en Mata de
los Picachos, camino real de Los Picachos, Puerta del Guásimo y Alto del Burro.
Después
compró otro derecho el año 1826
a Teresa Urbina quien había heredado de su sobrino
Bartolomé Ascanio. Aumentaron sus
tierras que comprendían ahora, donde estaba edificado el pueblo.
Más
José Manuel, hombre generoso, de gran corazón, estaba dolido por la ignorancia
con que se estaba criando la juventud y por la inseguridad de vivienda de los
vecinos quienes estaban expuestos al desalojo de sus solares, resolvió donar al
pueblo una porción de sus terrenos, con la condición de que las rentas que
obtuviesen, fuesen invertidos en la construcción de una escuela.
Ésta
Donación tiene como fecha el 12 de febrero de 1827, ante don José Gabriel León,
Alcalde 2º Parroquial del pueblo San Juan Bautista de Carrizal, porque él era
el Primer Alcalde.
Es
un documento hermoso que en su rústica simplicidad posee acentos de poema, de
versos, de cánticos, que con alabanza, con sabor a caridad, a compasión, a
afecto que con altruismo, desinterés y filantropía, hace a sus coterráneos la
donación de los terrenos que hoy ocupa nuestros municipios.
En
la próxima entrega haremos del conocimiento de nuestros lectores, aspectos
interesantes acerca el documento de la donación de nuestro José Manuel Álvarez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario