martes, 16 de septiembre de 2014

Bol. 10 / Dic. ´02. Navidad y Solsticio

NAVIDAD Y SOLSTICIO

  
            Del 21 al 22 de diciembre el sol alcanza su máxima latitud austral. Los días se encuentran también en su máxima duración respecto a  la noche.  En esta fecha en el Polo Norte la noche dura seis meses y en el Polo Sur, el día dura seis meses.
            Esto dicta la tierra y su relación con el sol en un momento del año para los hombres que en ella habitan. En la medida en que nos acercamos a ésta fecha, algo particular nos va ocurriendo como seres humanos. Es como si entendiéramos, que algo muy hermoso vive dentro de nosotros, lo divino. Que tenemos una misión que cumplir, que vinimos a la tierra a trascender, buscando la plenitud, lo grande, lo que se parece a Dios. Que vinimos a crecer en cualquier parte del mundo donde nos encontremos, porque allí estará Dios.
La Navidad es una fecha que todos los hombres la han celebrado, con o sin éste nombre, y en diferentes meses del año. Se le atribuye al Papa Telésforo el haberla instituido para el universo cristiano. Estos días son para cantar villancicos y hacer belenes; también conocidos como pesebres, que por cierto, corresponden a San Francisco de Asís los primeros en el siglo XIII. La costumbre del buey y la mula, es constante en la tradición: pero son anunciados por  Isaías en el Viejo Testamento. Los primeros cristianos tenían establecidos los convites de caridad, que ellos llamaban “Ágape”. Estos se transforman posteriormente en los regalos que se hace entre los familiares de las familias cristianas.
De alguna manera esta fecha, en que la iglesia celebra el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo siguiendo esta costumbre popular, coincide con las fiestas saturnales de los romanos, en honor al dios Saturno que se realizaba entre el 17 y el 23 de diciembre.  Es evidente que los estudiosos del cielo y las estrellas de la época, conocían bien el comportamiento geoastronómico  de las estaciones.
El solsticio tiene implícito un mandato, de quien haya hecho  el plan del hombre, parece decirle: “serena tu alma”.


                                               Pablo Molina.

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