CARRIZAL EN LA MIRA DE LOS VENEZOLANOS.
*A.L.V.
La medida del Ejecutivo por
demás apreciable y sabia de mantener, reservar, defender y garantizar a las
generaciones de hoy, mañana y siempre una ancha faja protectora de la flora
carrizalense carrizaleña) para salvaguarda de su microclima, riqueza freática,
manantiales y vertientes y resguardo de montes de espléndido verdor y abundante
fauna, constituyen aporte y solidez a sus originales paisajes, visibles desde
las principales alturas escenarios que dan fisonomía muy personalizada a las
áreas convertidas en la denominada zona protectora de Caracas. A todo lo
anterior el observador acucioso añadirá la dispersión de la ciudad, conformada
por decenas de urbanizaciones de regia arquitectura y viviendas de gente
respetable de barrios consolidados, morada de familias de medianos recursos,
que han dado a sus descendientes ocupaciones productivas y conductas
halagüeñas. Esa totalidad que interrumpen súbitamente bosques y sabanas de
estampas atrayentes sugestivas y proverbiales, dejan en los visitantes,
peregrinos y viajeros la emblemática vital de un conjunto de fantásticas y
amuralladas fortificaciones de antiguos feudos asomados en forma tímida a los
recaudadores y juglares. Pero en caso de llegar a cada sector habitacional,
descubren un nuevo horizonte y estilo de poblamiento que respeta el ambiente y
disfruta de una naturaleza típica, revestida durante todo el año de refrescante
niebla y ventiscas alisias, gratas a la piel y favorables a la salud.
Esa
suma de valores físicos y humanos en el presente, sirven de acicate a los
inversionistas para levantar torres, quintas, casas, para la clase media;
construir caminos, ornamentar avenidas y colocar llamativos anuncios con
razones emotivas que interesen a los compradores de bienes raíces o a las
parejas carentes de hogar, cuyos resultados están patentes en la velocidad como
aumentan los pobladores, el comercio, las industrias y el continuado
mantenimiento de sistema vial. La
presión indiscutible del crecimiento, conducirá muy pronto al gobierno nacional
o a los capitalistas criollos a instalar la tan reclamada extensión del Metro o
el Monorriel, factor que le daría especialmente a Carrizal ventajas
incalculables tomando en consideración que el Municipio Los Salias, presenta
serios obstáculos para su dinámica macro habitacional.
Lo
mencionado representa un hito positivo para los venezolanos que minuto a minuto
abandonan territorios peligrosos en las fronteras y sus adyacencias, para fijar
residencias en lugares propicios y seguros, entre tantos, sobresale Carrizal,
modelo en administración, progreso sostenido, seguridad comprobada (en 1997
hubo solo dos robos de poca monta y 7 accidentes vehiculares) producto de una
comunidad sana laboriosa, dada a lo fraternal y a las buenas relaciones de la
parentela.
Otras
características refrescantes, adicionales, que benefician al Municipio Carrizal
son: inmediato a Caracas, Los Teques, La Victoria , Maracay, Ocumare del Tuy, La Guaira , Caucagua, playas de
Barlovento y de la región agropecuaria de Paracotos y Tácata, conjunto de
pueblos y ciudades para la recreación y breves temporadas en vacaciones y de
largos feriados.
Carrizal,
está pendiente en la mira de los venezolanos por razones de clima, progreso y
seguridad en los bienes y en el resguardo de la vida.
CARRIZAL EN 1685.
*A.L.V.
Después de la
invasión española al suelo de la tribu Caracas, en 1567 y la fundación de
Santiago de León, el vencedor Capitán Diego de Losada, considerado pacificado
el Valle y sus cercanías, procedió a recompensar a sus compañeros mediante la
entrega de ENCOMIENDAS o REPARTIMIENTOS. La región del poniente (Altos de
Caracas) comarca de Guaicaipuro y de muchos de sus aliados (Teque, Caraca,
Toromaima, Mariche, Quiriquire, Araguaco) le fue asignada el 5 de marzo de 1568
(“Indios Teques y el Cacique Guaicaipuro” de Hno. Nectario María, Pág. 41,
edición de B.A.T.M.; Los Teques, 1987) a Pedro Matheos, quien la aceptó y luego
la abandonó, por la combativa resistencia en dicho sector del gran Cacique
Teque, al que atacan y matan utilizando la traición y suficiente contingente
militar, después de feroz pelea, en el patio de su PALENQUE de Suruapo o
Suruapay (Suruapo era el poblado del Jefe Caribe, ubicado en sitio inmediato a
la unión d los ríos Chama agua y San Pedro). Posteriormente los intrusos
europeos exterminaron el resto de los bravos defensores de pequeñas rancherías
de anones y agrestes montañas de los contornos, figurando con menos fuerza en
los años sucesivos: Epoima, Maicagua, Popuere, Curaizagua, Conoropa, Curutay,
Guaremare o Guaremal, Satuque, Tucupe (legítimo cacique de San Antonio) y
Tipetiripe, cacique de los bajitos de San Diego y el 3 de febrero de 1571 (Item
pág. 50), la misma ENCOMIENDA la concedió Juan de Guevara, Teniente de
Gobernador de Caracas a Andrés González.
Para la fecha ya Epoima había sido diezmado y muerto en su pequeño
pueblo de Chaguadme o Acaguaima, totalmente despoblado (en el mando lo
reemplazó su hijo Péneme) y sus habitantes dispersos en lo montes de Guareguare, Tigua y Morocoima, en los predios de Puruña y Macagua (en el libro del
Hno. Nectario, pág. 72 hay una lista de parientes y seguidores de Epoima).
En el lugar que
sirvió en otro tiempo de asiento a Epoima y su gente, surgió a finales del
siglo XVII el vecindario EL CARRIZAL (nombre proveniente de una gramínea
llamada CARRIZO muy abundante en la zona) al sementar entre 1685 y 1686 tres o
cuatro colonos de San Antonio, dedicados al cultivo de la tierra. Posteriormente
llegaron otros que trabajaron en conucos y en cría de ganado. En el despunte del siglo XVII existía un
vecindario compartido por hijos de San Antonio, San Diego, Paracotos y de El
Valle. Aprovechaban el agua de un
prodigioso manantial rico en sustancias minerales y cristalino, recordado en
Llano Alto y Los Budares hasta comienzos de la primera década del siglo actual,
y la continuamente abundante corriente fresca de la cañada o riachuelo
MAPURITE, para diversos usos agrícolas y domésticos (Mapurite rinde tributo al
riachuelo a Morita, en el punto titulado Caña Brava).
Lo anterior, de
manera sintética, resume la
HISTORIA DEL PRIMER PUEBLO DE CARRIZAL (El Carrizal),
reeditado sobre los propios vestigios DE LA TRIBU CAGUAIME O
ACAGUAIMA, al pie de Los Budares (topo Los Budares) al suroeste, dentro de un
fértil vallecito rodeado de una flora de atractivos matices que dibujan
fabulosos paisajes de cerros, hondonadas y colinas, estupendas canteras para la
recreación del espíritu, hoy a la disposición de los urbanizadores, sus mayores
beneficiarios.
He solicitado de las
autoridades la colocación de un MONOLITO recordativo, para evocar la gesta de
EPOIMA, y vivificar la identidad carrizalense con la remembranza del antiguo
CARRIZAL (El Carrizal) en las cumbres donde la niebla retoza, en juego amoroso,
con carrizos, chilcas, jarillos, orquídeas, flor de tara, bucares, guamos,
yagrumos, helechos, onotillos y gamelotes, recargados de una textura mágica en
contraste delirante con las fachadas urbanas de altos edificios y llamativas
quintas residenciales, en la hora presente.
COMADRONAS DE
CARRIZAL.
*A.L.V.
No hay nada cierto sobre el
primer alumbramiento o eclosión de nuestra especie y, solo podemos manifestar
que en donde hubo el primer grito del neonato, allí comenzó la humanidad; el
segundo parto tuvo que comprometer la cooperación del padre o simplemente la
valentía e iniciativa de la madre. En las épocas sucesivas intervinieron en
cada paritorio la Comadrona
o Partera, y en los tiempos más recientes, en la provincia venezolana, el
Obstetra. Estas líneas van dirigidas a
las parteras de Carrizal, de cuyo saber y habilidad manual ingresaron al seno
de los diversos caseríos y casco histórico, miles de retoños para sus hogares.
Ellas prestaron su concurso en los momentos cruciales, a la hora indicada y de
urgencia, diurna y nocturna, desandando los caminos escabrosos a pie, en
bestias o en destartaladas carretas, siempre resueltas a extraer nuevas vidas
de niños y niñas, para que experimentarán y crecieran en el ambiente terrígeno
y probaran al nacer la leche materna, únicas responsables de la salud de las
madres y del hijo (a), madrina primordial de las generaciones que durante el
lapso de gestación reclamaban ver la luz, y de tal manera cerrar filas en el
escenario familiar, formando, en consecuencia MADRES PRIMERIZAS o más parentela
en las madres con otros descendientes.
En mi libro: “DIORAMA
HITÓRICO GEOGRÁFICO DE CARRIAL” (inédito) entrego una lista completa de
COMADRONAS Y MÉDICOS que compartieron el pasado, servicios, propósitos y
angustias en los afanes colectivos de los
hogares carrizalenses.
Este boceto menciona
exclusivamente a dos COMADRONAS DEL PASADO SIGLO y cuatro de las más recientes
del siglo XX. Entre 1870 y 1880 ejerció
en Carrizal el oficio, doña Josefa (Fefa) Orta, radicada en San Antonio, en
plena era guzmancista, y doña Justina (Justa) Belisario, entre 1880 y 1900,
finales del siglo XIX, nativa de Carrizal, de reconocida fama por aceptar sus
honorarios en comida, cuando la
PARTURIENTA carecía de los CINCO BOLÍVARES que valía su
intervención. Y en los años inaugurales
del siglo XX, doña Modesta de Baotísta, radicada en Los Teques, y las nativas
de Carrizal, doña Zenona Vegas, y su hija Nerea, y la muy conocida doña Ramona Cordobés. Ya en los años 30 y 40, los alumbramientos
costaban cincuenta bolívares (Bs. 50,00) los cuales pagaban padres y madres en
dinero en efectivo y los pudientes algo más, y algunas regalías en objetos de
uso cotidiano.
En el inicio de mis apreciaciones,
determino que ningún país del planeta puede atribuirse el admirable privilegio
de contar al despertar del mundo con PARTERAS para el apostolado del
alumbramiento. Ni en las más remotas culturas, en las que destacan los
adoradores Amaterasu (Japón), ni los hijos del Yang Tse Kiang y mucho menos del
Ganges, Indo y Brahmaputra, tampoco los del Tigres, Eufrates y el Nilo, cuyas
historias nunca han hecho mención de dicha prioridad, porque el hilo humano
proviene de la primera pareja del hábitat terrestre, suceso que se pierde en la
noche de las edades.
¡Salud a las Comadronas
olvidadas! ¡A las Parteras de Carrizal y
de la tierra toda, porque la ingratitud y la memoria las marginan y las relegan
a lo más recóndito de los silencios, ignorando la función que le tocó ejercer
en un largo paréntesis de la historia.
BIBLIOGRAFIA
* A.L.V. (Aníbal Laydera Villalobos)
* GdeCR. (Gisela del Carmen Rojas)
* MMV (Marcelino Mora Vivas)
* GdeCR. (Gisela del Carmen Rojas)
* MMV (Marcelino Mora Vivas)
CASTILLO LARA, LUCAS
G.:
“Una tierra Llamada
Guaicaipuro”
talleres de Veneprint S.A. Caracas.
pp. 72 al 93 y 94 a
121.
MARIA, HERMANO
NECTARIO:
“Los Indios Teques y el cacique
Guaicaipuro” talleres
Italgráfica
S.R.L. Caracas. 1987. Biblioteca de Temas y Autores
Mirandino,
pp. 47 a
53 y 55 a
73.
MACPHERSON, TELASCO:
“Diccionario del Edo.
Miranda, Histórico, Geográfico, Estadístico y Biográfico” (edición facsimilar)
Talleres de Arlit de Venezuela C.A.
Los Teques. 1973 pp.
88-239-282- y 481
MORENO GILDARDO:
Editor Fundador de
“Noti-Teques”
FUENTES LEGALES:
Gaceta oficial 1ro. 2.297
Extraordinario del 8-8-1978;
“Ley
Orgánica de Régimen Municipal” pp. 3
a 42
Gaceta
Oficial 1ro. 4.109 del 15 de Junio de 1989.
“Nueva Ley Orgánica de Régimen
Municipal”.
FUENTES
HEMEROGRÁFICAS:
“El Vocero” ediciones
1997-1999
INDICE
Decreto Nº 3/99
Preliminar
Pórtico
Autonomía Municipal
a) Hidrografía
b) Límites del Municipio
Addenda
LECTURAS COMPLEMENTARIAS
1.
Epoima
2.
Uquira
3.
Rafael
Encarnación Pérez León, hijo ilustre de Carrizal
4.
Carrizal
y los bienes culturales
5.
Carrizal:
morada del clima apetecido
6.
Carrizal:
pueblo de las flores
7.
Carrizal:
ciudad ecológica
8.
Carrizal
en la mira de los venezolanos
9.
Carrizal
en 1685
10. Comadronas de
Carrizal
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